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La Shoá, una herida que sigue abierta

Los judíos residentes en Asturias celebran el 75.º aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz

Aida Oceransky, ayer, junto al monolito del Campo San Francisco en memoria de los judíos asesinados. LUISMA MURIAS

"Es una herida que nunca se va a poder cerrar porque lo que ocurrió es incomprensible". Son palabras de Aida Oceransky, presidenta de la comunidad judía en Asturias. Ante esa herida no quieren poner vendas, sino enseñar la cicatriz y el dolor. Por ello, los judíos asturianos celebran dos actos este fin de semana en Oviedo. Los dos están abiertos al público, para quien quiera acercarse y conocer la barbarie del Holocausto o simplemente rendir homenaje a las víctimas. El primero de los actos tendrá lugar mañana, viernes, a las 9.30 horas en el Auditorio Príncipe Felipe. Está destinado a escolares y participarán un total de 800 alumnos de colegios e institutos de toda Asturias, pero Oceransky insiste en que la sesión, de tres horas de duración, es abierta a todo aquel que esté interesado en la cuestión.

Ya van 13 años reuniendo a estudiantes en el Auditorio para que reciban "una lección muy importante". Oceransky está convencida de los resultados, "estamos haciendo mella, los chicos salen muy impresionados y concienciados y estamos seguros de que así los alejamos de grupos de ideología extrema", dice.

En Oviedo, en Asturias, esa concienciación es necesaria como en todas partes, pero aquí, dice Oceransky, "vivimos muy contentos en una región de paz y tranquilidad", en la que no proliferan actos xenófobos contra los judíos. Aunque en ocasiones sí que se han encontrado con actos vandálicos. Les ocurre con cierta frecuencia en la sinagoga, en la conocida como Casina del Fontán, donde tiene la sede la comunidad judía en Asturias. También se encontraron en alguna ocasión con daños en el monolito en recuerdo de las víctimas del Holocausto, que estaba instalado en el Parque de Invierno y que por esa razón fue trasladado al Campo San Francisco. Precisamente en ese monolito tendrá lugar el domingo el acto institucional. Será a las 12.00 horas y asistirán, entre otros, el presidente del Principado, Adrián Barbón, y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli. Esa presencia institucional enorgullece a Aida Oceransky, que solo tiene palabras de agradecimiento para el Ayuntamiento de Oviedo, en especial para el exalcalde Gabino de Lorenzo, que fue quien aprobó la instalación de la sinagoga en el Fontán y del monolito conmemorativo.

Por esa sinagoga pasan habitualmente los judíos afincados en Asturias. No son muchos. Oceransky tiene contabilizados algo más de un centenar, aunque supone que hay más "pero que no se acercan allí porque tienen la errónea convicción de que somos judíos ortodoxos y no es así, nuestra sinagoga está abierta a todo el mundo que quiera ir a rezar o celebrar cualquier fiesta, así como a cualquier visitante que esté interesado en nuestra cultura o religión".

En la memoria de los judíos está constantemente la Shoá, el Holocausto, "la mayor tragedia de la historia de la Humanidad, en la que triunfó la sinrazón". Una tragedia relacionada con Asturias ya que hubo asturianos que vivieron lo que Oceransky llama "el triple castigo", una Guerra Civil, una Guerra Mundial y acabar en un campo de concentración nazi. Precisamente eso es lo que recuerdan los dos actos que se celebran este fin de semana. El lunes se celebra el 75.º aniversario de la liberación de Auschwitz por el Ejército soviético.

Los judíos quieren que no se olvide lo que ocurrió, que no se olvide la barbarie, porque como asegura Oceransky, "no estamos vacunados". Oviedo lo recordará el viernes y el domingo para que a nadie se le olvide.

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