La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Así se presenta el Martes de Campo de 2021: el bollo con mascarilla y más vigilancia policial

"Pido a los ovetenses que salgan a disfrutar de esta fiesta, pero con responsabilidad”, dice Canteli

La carpa del paseo del Bombé, ya instalada para el Martes de Campo. Bernabé Valle

“El Martes de Campo es una buena fecha para que los ovetenses recuperemos nuestra ciudad y la llenemos de alegría, de actividad y de fiesta”. Alfredo Canteli lo tiene claro. El Alcalde anima a los ovetenses a aprovechar esta tradicional celebración que tendrá lugar hoy para “volver a vivir Oviedo con la mayor normalidad posible y siempre respetando las medidas anticovid”. Todo ello insistiendo en hacer llamamientos a la “responsabilidad” de cara a un festejo para el que la concejalía de Seguridad Ciudadana reforzará los operativos policiales en un 40% para evitar incumplimientos.

Si bien los eventos multitudinarios siguen sin estar autorizados por el Principado, nada impide hoy a los ovetenses echarse a la calle degustar sus bollos preñaos siempre y cuando cumplan con las medidas sanitarias, consistentes, básicamente, en el uso obligatorio de mascarilla salvo para comer y beber, así como el distanciamiento social y la obligación de fumar con un margen de más de dos metros de distancia de otras personas.

A las cada vez menores prohibiciones explícitas se suman otras recomendaciones de la consejería de Salud orientadas a reducir al mínimo la interacción social. El ejecutivo regional insta a los ciudadanos a limitar los contactos estrechos al ámbito familiar o a un reducido “grupo burbuja” de amigos. A pesar de que no existe una limitación de personas para reuniones esporádicas en la calle, si existen limitaciones para algunas actividades, que establecen en 30 personas el máximo de integrantes dentro de un grupo que siempre deberán estar a una distancia superior a metro y medio.

Ante la ausencia de toque de queda, no habrá un horario límite para estar en la calle, si bien en los establecimientos hosteleros no se podrá estar más allá de la una de la madrugada, como cualquier otro día normal. Esta restricción deja sin apenas margen a los establecimientos de ocio nocturno, los cuales en su mayoría están cerrados y al igual que el resto de la hostelería deben cerrar sus puertas 60 minutos después de la medianoche.

Después del éxito de público de la Ascensión, que congregó a miles de personas sin que se haya lamentado ningún brote, el Ayuntamiento confía en el civismo para hacer posible otra gran cita festiva segura. “Pido a los ovetenses que no se queden en casa; que salgan a disfrutar de esta fiesta tan querida con mucha responsabilidad, pero plenamente”, anima Canteli, convencido de la importancia de retomar estos grandes eventos para encarar la recuperación económica de Oviedo.

El alivio de las restricciones sanitarias no abre la puerta sin embargo a la normalidad plena. La Sociedad Protectora de La Balesquida volverá a repartir el bollo en el Bombé tras la suspensión del año pasado, pero lo hará con el freno de mano puesto. Las 200 mesas y 1.000 sillas colocadas habitualmente en la zona para facilitar a los socios la degustación del pan y el chorizo no estarán esta vez y el colectivo se limitará a abordar el clásico reparto entre las 9 y las 15 horas. “Cumpliremos a rajatabla todas las condiciones para prevenir contagios”, asegura el presidente de la Sociedad, José Antonio Alonso.

Buen tiempo

La buena previsión meteorológica, unida al hecho de que mañana es una jornada festiva, apunta a un posible lleno de las zonas verdes como válvula de escape para muchos ciudadanos aquejados por la ya conocida como “fatiga pandémica”. El parque de Invierno, el Pura Tomás, el parque del Oeste, el parque de Santullano o el Naranco apuntan como principales escenarios de una comida campestre con réplicas en los barrios. El entorno de la estación de tren de La Corredoria, el parque de Ventanielles, el de Montecerrao o el parque del Truébano también se postulan como lugares de culto para degustar el bollo en buena compañía.

Con el objetivo de evitar comportamientos incívicos, la concejalía de Seguridad Ciudadana ha diseñado un operativo especial. Las patrullas habituales se verán reforzadas en un 40% para tratar de tener presencia en todos los “puntos calientes de la fiesta”. El edil responsable del área, José Ramón Prado, recordó que “el virus sigue ahí” y por ello los efectivos municipales extremarán la vigilancia para evitar botellones e incumplimientos. “La gente cada vez se está animando más a salir a la calle, pero hago un llamamiento, especialmente a los jóvenes, a hacerlo con precaución”, indica Prado.

El día empezará muy movido en los obradores de las panaderías locales. En la Masera de Vetusta, lugar elegido para la fabricación de los bollos de la Balesquida, se prevé iniciar en las primeras horas del día un despliegue de decenas de trabajadores encargados de despachar los 4.000 bollos encargados por el colectivo, más otros numerosos encargos. “El éxito de la fiesta está en que los bollos llegan recién hechos”, comenta José Antonio Alonso, que en los últimos días no para de recibir llamadas y avisos de socios para renovar su fidelidad en forma de carné a cambio de una cuota anual de diez euros.

Compartir el artículo

stats