“José Ramón Hevia fue una de las grandes figuras dentro de la música asturiana”. Con estas palabras dedicó a la memoria de Hevia el violinista Cibrán Sierra, del Cuarteto Quiroga, el concierto inaugural de la nueva temporada de las Jornadas de Piano “Luis G. Iberni”, patrocinadas por LA NUEVA ESPAÑA. “Queremos acordarnos de él esta noche, como todos los días que cogemos nuestros instrumentos, añadió Sierra, destacando la influencia “fundamental” de Hevia, profesor del Conservatorio Superior de Música fallecido hace ahora un año, en el Cuarteto Quiroga. Fue un final emotivo, justo antes de la propina, para un concierto que marcó un buen arranque de temporada en el Auditorio.

Sentado al piano, abrió esta primera cita de la temporada el pianista francés David Kadouch, que comenzó interpretando los famosos nocturnos op. 9 de Chopin en los que, desde el primer momento, expuso ante el público toda su sensibilidad, que quedó patente en su pulsación sobre el piano, como si sus manos volasen con delicadeza sobre el teclado. Fue Kadouch muy flexible en lo que al tempo se refiere y cuidadoso en el fraseo, fundamental para expresar el intimismo de Chopin. A todo ello el público respondió con aprobación.

Le siguieron en el programa las “Variaciones sobre un tema de Robert Schumann”, de Clara Schumann. Hay en ellas momentos de gran virtuosismo que Kadouch defendió con soltura, pero sin abandonar la sensibilidad del inicio. Contribuye así el pianista francés en su objetivo de visibilizar a mujeres compositoras.

Con el “Cuarteto de cuerda n.º1” de Ginastera y rompiendo por completo la atmósfera romántica previa, le llegó el turno al Cuarteto Quiroga, Premio Nacional de Música 2018. Lejos de ser una novedad, destaca en ellos el mimetismo en la articulación de los golpes de arco y el cuidado balance que se establece entre los cuatro integrantes de la agrupación, imprescindible en esta página de Ginastera para crear las atmósferas sonoras y ajustarse a los requerimientos rítmicos que proponer el compositor.

Cuarteto y pianista se reunieron en la segunda parte para interpretar el “Quinteto en mi bemol mayor” de Schumann, y recuperar la sonoridad romántica del comienzo. En la versión que ofrecieron primó la expresividad de las melodías y creando climax de gran dramatismo e intensidad. Como propina interpretaron el scherzo del “Quinteto en sol menor” de Shostakovich, “en honor al fino humor que tenia José Ramón Hevia”. A cambio de su enorme entrega durante la velada, los asistentes a esta primera cita de la temporada de piano les despidieron con una calurosa ovación.