Oviedo tiene ganas de danza. El Ballet Nacional Ruso cerró ayer en el teatro Campoamor las dos representaciones sobre sendos clásicos de Chaikovski con una representación de esa obra maestra que es “El lago de los cisnes” que fue recibida con auténtico fervor por el público.
Al igual que había sucedido en la víspera con “El cascanueces”, para esta representación no quedaba ni una butaca libre en todo el teatro Campoamor. Un lleno absoluto. Desde los primeros compases, se notaba que el público estaba muy metido, en una muestra del ansia que hay en la ciudad por poder contemplar en casa los grandes clásicos de la danza.
La propuesta de la compañía rusa, dirigida por Serguey Radchenko, convenció en todo momento al respetable, que aplaudió con entusiasmo en cada pausa de la representación, y cerró la función dedicando una gran ovación a los componentes de la compañía rusa. Una velada que ratificó el idilio que la ciudad mantiene con la danza.