El reparto de la riqueza en Oviedo: 52.000 euros de diferencia entre las rentas altas del centro y la "periferia moderna"

Ventanielles y el Grupo José Antonio de Pumarín, los vecindarios más vulnerables de la ciudad | Un estudio identifica las diferencias entre la zona del Campo y la del centro de salud de La Corredoria

barrios oviedo

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Chus Neira

Chus Neira

Los vecindarios más vulnerables de la ciudad, por la tipología de los edificios y por las características socioeconómicas, son las 1.648 viviendas de Ventanielles a un lado y otro de la calle Río Sella y las 417 del Grupo José Antonio del barrio de Pumarín. Así lo expone un estudio encargado por el Ayuntamiento con el objetivo de identificar los conjuntos edificados más susceptibles de entrar en el "Programa de rehabilitación a nivel de barrio" del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Los autores del informe han partido de los 2.239 edificios construidos entre las décadas de los años cuarenta y de los años ochenta del pasado siglo, de cuatro o más alturas, y han dejado el objeto de estudio en 2.107 bloques, una vez eliminados los del Antiguo. Dentro de ese 15,5% del parque inmobiliario de la ciudad, el análisis se centra en los diversos aspectos que, una vez cruzados, permiten identificar las zonas más vulnerables de la ciudad. Se analiza el consumo energético de los hogares, le edad media de sus habitantes, la renta y también las características de los edificios.

Aunque en la lista final de las áreas que deberían pasar a formar parte del programa que presente el Ayuntamiento para tratar de hacerse con las ayudas estatales figuran hasta cinco localizaciones, donde se incluyen también el Campillín, Vallobín y Guillén Lafuerza, son las zonas de Ventanielles y la de los bloques del "Tocote" de Pumarín las que destacan como los edificios menos eficaces en el consumo energético.

En el caso de las viviendas de Ventanielles el estudio recuerda que esta barriada, cuya construcción se inició en 1955, se levantó sobre suelos de mala calidad como se pudo comprobar 40 años más tarde, cuando la construcción de un aparcamiento subterráneo arruinó parte de los bloques. "El barrio nació sin equipamientos y segregado socialmente de la ciudad, vecina a la carretera y a instalaciones de peor impacto ambiental como la fábrica de armas, el matadero o el acuartelamiento", resume el informe. Ventanielles figura ya en los dos catálogos del Atlas de Vulnerabilidad Urbana del Ministerio con indicadores que superan el valor de referencia de vulnerabilidad. Además, sufre altos niveles de contaminación y desde el punto de vista social es muy vulnerable, con más de 700 personas que perciben ayudas sociales y con un nivel de envejecimiento elevado, recalca el informe.

Por su parte, las viviendas del Grupo José Antonio pertenecen a un barrio, el de Pumarín, que se desarrolló entre las décadas de los 50 y 60 en una zona entonces periférica, entre el cuartel del Milán, el cuartel de la Guardia Civil y el Hospital Militar. Si bien hasta los 70 el barrio no tenía calles ni infraestructuras mínimas, gracias a la presión de los vecinos se consiguió asfaltar y ajardinar la zona. Estos bloques donde vive medio millar de personas, señala el documento, presentan "calles estrechas y algunos problemas de accesibilidad". Desde el punto de vista social, añade, "es un barrio con población de rentas bajas, en el que los propietarios han ido dejando el barrio, poniendo en muchos casos la vivienda en alquiler para grupos de personas migrantes".

Pero aunque estas dos áreas son las que destacan en el estado de los edificios, cuando se suma el envejecimiento y la oportunidad de actuar sobre las zonas aparecen también otros vecindarios.

Entre todos esos factores que sirven para identificar las necesidades de los barrios se aplica, en primer lugar, el consumo energético, con una demanda media en Oviedo de 129 kWh/m2 por año. Por encima de esos datos, más de 132 kWh/m2 al año y en el tramo anterior está un grupo mayoritario en la zona centro, casco histórico y zona rural. A medida que se aleja uno del centro, y coincidiendo con una media de edad más joven, también baja el consumo energético. Es en estas zonas, en barrios recién urbanizados como La Corredoria o La Florida, donde el porcentaje de población mayor de 64 años cae por debajo del 20%. Al revés, en el centro, sube por encima del 30%.

Resulta más llamativo el dato de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), una serie estadística anual elaborada por el INE cuyo objetivo principal consiste en proporcionar información sobre el estado de los hogares españoles en relación con su renta, nivel de pobreza y nivel de exclusión social. 

La variable de la renta que se recoge en el estudio corresponde al año 2018, y según estos datos Oviedo tenía entonces una renta media por hogar de 33.300 euros. A partir de esta media, los valores más altos, 66.482 euros y 62.887 euros se registraban en las inmediaciones del Campo San Francisco, entre la avenida de Galicia y las calles Asturias y Cervantes. Al otro lado de la tabla, con 13.888 euros de renta media anual y con 16.573 euros figuraban las inmediaciones del centro de salud de La Corredoria y, de nuevo, el vecindario del «Tocote» de Pumarín.

«Los más de 52.000 euros de diferencia de renta media por hogar», hace notar el estudio, «hablan de las disparidades intraurbanas que se encuentran en la ciudad y cómo geográficamente existe un centro de la ciudad de renta alta y una periferia moderna al Este con mayor escasez». «Se podría afirmar que existe cierta segregación espacial Noreste-Suroeste, que guarda cierta relación con la realidad física de la ciudad, ya que el centro histórico y las zonas de ensanche que se desarrollaron alrededor se ubican en la parte más alta de la ciudad, mientras que los barrios populares se desarrollaron en los terrenos más insalubres», añaden.

Cruzando todos esos datos se suman a los territorios identificados como más vulnerables otras tres zonas en Guillén Lafuerza, Vallobín y el Campillín. En el primer caso se trata en concreto de toda la colonia, el barrio denominado tradicionalmente «El Rancho», ejecutado por la Obra Sindical del Hogar a partir de 1943 y partido en dos islas desde 1976 por la construcción de la autopista «Y», una herida cuya cicatrización urbanística, como señala el estudio, es una de las principales reivindicaciones de los vecinos. «Desde el punto de vista edificatorio», explica el estudio técnico, «son viviendas con baja calidad constructiva y de baja eficiencia energética. Desde el punto de vista social, esta zona del barrio es una de las más vulnerables, en la que más de 249 personas perciben ayudas sociales».

También se identifica un bloque de 164 viviendas en el Campillín, en la calle Leopoldo Alas, construido a finales de los años 70 y principios de los 80.

Por último, el informe añade el grupo de viviendas del poblado ferroviario de Vallobín, 134 bloques del año 1951.

El informe no detalla propuesta, pero apunta a desarrollar un programa de 8 años, hasta 2030, con una inversión a partir de 14,4 millones de euros con modelos de cogobernanza instalados en los propios barrios y facilidades para que los vecinos puedan cubrir aquellos capítulos a los que las ayudas públicas para la rehabilitación no lleguen. 

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