El australiano Steve Smyth regresa este miércoles a Oviedo con rock y canción de autor

El músico, afincado en Barcelona y de vuelta de una gira por su país natal, incluye La Salvaje entre los cuatro conciertos en España con "The Diablos"

Steve Smyth

Steve Smyth

Chus Neira

Chus Neira

Steve Smyth vuelve este miércoles a Oviedo, a La Salvaje (21.00 horas, 12/15 euros, c/ Martínez Vigil, 9) después de su último paso por el mismo escenario, cinco años atrás. Lo hace, esta vez, acompañado por "The Diablos" y con la promesa de ofrecer un concierto igual de vigoroso y sincero a los que acostumbra pero con más desplazamiento por el power-pop y el punk-rock, siempre bajo su prisma autoral, que por el remanso de la canción enraizada en el folk americano del que siempre ha gustado.

Nacido en Australia, Smyth disfrutó en sus inicios en la música de un variado cóctel de influencias donde se alimentó del lado más cavernoso y torcido de los solistas, siguiendo bien el camino de Tom Waits, bien el de Jeff Buckley. La condición itinerante, primero en su Australia natal, le fue dando los mimbres de auténtico "trovador", perspectiva ahora reforzada, desde la visión que puedan tener sus compatriotas con su residencia, más o menos fija, en Barcelona. El caso es que se fogueó también en esas dos escenas, la del folk (Lead Belly, Dave Van Ronk) y la del rock ("Radiohead", "Nirvana").

En 2011 publicó su primer trabajo, "Release", con el que giró por Europea, América del Norte y Asia, figurando como telonero de "The Killers", Ben Harper,Angus y Julia Stone, Lanie Lane o "Howling Bells".

Grabó su segundo disco, "Exits" (2014), en Los Ángeles para League Records, con músicos como Joey Waronker (Beck) y Gus Seyffert ("The Black Keys) y después se mudó a Barcelona. Desde allí, en sesiones en directo en la iglesia del barrio gótico San Felipe Neri y con un puñado de músicos catalanes, incluida una sección de vientos, publicó en 2020 "Blood", un EP al que deberían haber seguido nuevas colecciones.

La gira con "The Diablos", después de su paso por Australia, plantea otro formato y otra intensidad en el escenario, siempre gozosa, sincera, y con la posibilidad de hacer crecer su repertorio habitual con una buena descarga de adrenalina, tan contundente y violenta como arrebatadora en su esencia más íntima.

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