Oviedo tiene ahora 1.500 parados menos que antes del covid gracias al vigor de los servicios

Crece con fuerza el empleo de la capital en la hostelería, la Administración y también en las empresas tecnológicas, señalan los expertos

José Luis Salinas

José Luis Salinas

Oviedo tiene ahora 1.500 parados menos que antes de la crisis del coronavirus, unos 8.000 menos que hace justo una década y está consiguiendo sortear las dificultades laborales que afloran ya a nivel regional. Lo está haciendo gracias a la enorme fortaleza de su sector servicios, que tras la pandemia está ganando en volumen y está sustentando como si fuera una viga maestra la economía local. Son, según los expertos, el empleo público, la hostelería y un cierto despertar de compañías ligadas con las nuevas tecnologías los que están sosteniendo las cifras de empleo ovetenses. A finales de noviembre, el municipio ovetense sumaba 12.845 demandantes de empleo, la cifra más baja para dicho mes desde hace catorce años.

Desmenuzando las cifras, en los últimos tres años (es decir, desde antes de la pandemia) las oficinas del Servicio Público de Empleo de la capital asturiana cuentan 1.443 demandantes de trabajo menos. La gran mayoría de los que han desaparecido de las listas de desempleados estaban ligados con los servicios, casi 900 pertenecían a este heterogéneo sector de actividad.

Es tal la bajada del paro en la ciudad que los asesores laborales sostienen que ya hay muchos negocios que tienen serias dificultades para encontrar personal. Ese problema, hasta ahora casi endémico en la industria y que posteriormente se contagió al andamio de la construcción, está llegando ya hasta muchos rincones del variopinto sector de los servicios. Lo destaca Manuel Prieto, asesor laboral con oficina en la capital asturiana y también en Madrid. "No hay mano de obra. El discurso de la patronal asturiana, FADE, es cierto, lo compro la cien por cien porque se ve que es así. Cuesta trabajo encontrar trabajadores para ser pescaderos y en la hostelería, por ejemplo", resalta. Una situación inédita.

Precisamente el hostelero, gracias al despegue turístico que viene experimentando durante todo el año la ciudad, que está superando en visitantes a muchos de sus competidores del norte, es una de las actividades que más está creciendo en volumen de contrataciones y eso, aguas abajo, está provocando un descenso en las cifras de desempleo. También el empleo público está contribuyendo a la mejora y, en menor medida, aunque de manera representativa también lo hace el de las nuevas tecnologías (TIC). Una apuesta de futuro que se pretende potenciar desde el propio Ayuntamiento.

Aunque escasea, Oviedo aún conserva dos reductos industriales, uno el del polígono de Olloniego, que aún tiene un enorme campo de expansión, pues cuenta con un buen número de metros cuadrados que esperan pacientemente la llegada de algún proyecto singular que de realce a esta área industrial. El otro refugio está en Trubia, donde hace años floreció una industria armamentística en torno a las plantas de Santa Bárbara y de Expal que se mantiene pujante a pesar del paso del tiempo. La industria local también está rebajando sus cifras de desempleados, aunque de forma más discreta. Por su parte, el polígono del Espíritu Santo, la mayor área industrial del concejo, ha adquirido durante los últimos años un perfil más próximo al sector de los servicios, mientras que la industria ha ido perdiendo importancia.

También son llamativos los datos del paro en la construcción, que han ido a la baja durante estos últimos años al calor del despertar de un sector que va tomando altura en el municipio. El ladrillo congrega ahora en la capital asturiana a 837 demandantes de empleo. Son 183 menos que antes de la pandemia. Los empresarios ovetenses del sector argumentan que la mejoría viene por el empuje de las compañías de rehabilitación, que últimamente tienen mucho trabajo.

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