Entrevista | Pablo García González | Presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios y vicepresidente de la FADE

"Emprender en Asturias no es ningún acto heroico, el problema es de cultura"

"Lanzamos un mal mensaje a la juventud diciéndole que para montar un negocio hay que hacer una ‘start-up’, la realidad empresarial es otra"

Pablo García González, en Oviedo. | Luisma Murias

Pablo García González, en Oviedo. | Luisma Murias / José Luis Salinas

José Luis Salinas

José Luis Salinas

Pablo García González (Oviedo, 1982) es el presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), donde cumple ya un año en el cargo, y vicepresidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). En la siguiente entrevista, repasa los desafíos a los que se tienen que enfrentar los emprendedores que montan su propio negocio, así como el estado actual de la economía.

–¿Cómo está la cantera de empresarios en Asturias?

–Hay muchos estudios que ratifican que en materia de emprendimiento Asturias no es una región pujante. Es algo que viene de muy atrás por lo que el esfuerzo que tenemos que hacer para revertir esta situación debe ser mayor que los que hace el resto de comunidades. Este es un tema de cultura. Por dar una visión optimista, recursos de ayuda al emprendimiento existen en la región, aquí se puede emprender sin ningún carácter heroico. Es cierto, que somos una región periférica, donde la fiscalidad no ayuda, pero a nivel de infraestructuras hemos avanzado mucho; también en cuanto a la conectividad. No es mucho más difícil emprender aquí que en otras comunidades. Así que el problema es de cultura, falta cultura emprendedora.

–¿Falta visión estratégica a nivel de comunidad?

–Eso y faltan ganas de poner el foco realmente en eso. Siempre estamos divagando sobre las posibilidades de Asturias, pero la solución a todo es la empresa. Si la administración se planteara cómo hacer para poder tener más empresas y más grandes en Asturias, de forma natural, el resto de las cosas irían bien porque el principal pilar de la sociedad del bienestar es la actividad económica y eso depende de las empresas.

–¿Y cómo abordar la cuestión cultural?

–Hay que pensar cuál es la fábrica de empresarios: el sistema educativo, desde las edades tempranas a la universidad. Hay que ir a fuego y esa debe ser la prioridad. Esto son estrategias de medio plazo y entiendo que a nivel político se trabaja a corto plazo, con lo que estos retornos se tardan en ver. La mejor forma de vencer el famoso reto demográfico es poniendo la empresa en el centro. Porque el reto que tenemos no es demográfico, es económico empresarial. Ese es el foco, ver de qué manera tenemos más empresas y más grandes. Tenemos un problema de tamaño empresarial. Luego lo que percibimos es que la gente joven se va por una falta de oportunidades, pero también deberíamos preguntarnos, y esto no está en el debate, si Asturias es lo suficientemente atractiva para los jóvenes. A cierta edad tienes que tener una oferta de ocio que te llene y posiblemente la región no la tiene. Es un factor que estamos obviando. Hay que hacer políticas para hacer una región que sea atractiva para los jóvenes. Esta no es una cuestión solo de tener empleo, también de querer quedarse aquí.

–Es complicado que aquellos que se van a estudiar fuera retornen.

–Aquel que se va a estudiar fuera tiene pocas posibilidades de volver, por lo que es bueno tener una oferta formativa adecuada para intentar que la gente no se tenga que marchar.

–¿La burocracia para montar un nuevo negocio se ha reducido?

–Ahora hay dos leyes, la de "start-ups" y la de "crea y crece", como creo que se llama. La segunda ya acorta mucho los plazos para crear una sociedad, se puede crear con un euro... Respecto a la primera, lanzamos un mal mensaje a la juventud cuando le decimos que todo el emprendimiento ahora tiene que ser "start-up", que por definición es una empresa tecnológica con un crecimiento muy rápido y con un objetivo claro de venta, lo que no me parece un modelo que sea sostenible ni viable para los jóvenes que quieren emprender. Porque emprender también es montar una cafetería que tenga una propuesta diferente, que aporte valor, que te permita vivir y genere empleo. Hay que bajar el suflé de las "start-ups". Ahora, la mayoría de las ayudas son para empresas de base tecnológica y hay mucho más mundo que eso, en la realidad empresarial predominan otras cosas. Predomina la economía real, la de a pie de calle.

–¿En qué consiste el trabajo de AJE en el Talud de La Ería?

–El programa Oviedo Emprende es un sistema colaborativo de varias entidades y uno de nuestros trabajos es el de dinamizar el espacio del Talud. Este año ya hemos hecho varios actos y jornadas. Ahora estamos terminando un proyecto que consiste en mapear empresas de Oviedo que no tengan relevo generacional. Detectamos que hay muchas compañías que son perfectamente viables que llegan al momento de la jubilación sin haber pesado en el relevo y de golpe y porrazo se dan cuenta de que todo se acabó. Muchas veces son autónomos. Lo que vamos a hacer es diagnosticar el problema y luego actuar de forma individual con cada uno de los negocios.

–¿Cómo está de formada la población asturiana?

–Hay un problema de formación importante. El 48% de la población activa no tiene ningún tipo de formación. Es un dato tremendo. Ahora mismo todos los sectores demandan empleo. Hay que hacer planes para reactivar a todas estas personas. Y tenemos que hablar claro de que hay que traer personal de fuera, de forma ordenada. Ha salido una nueva ley de inmigración que permite regular a un montón de gente con el compromiso de realizar una formación. Puede ser muy importante.

–¿No encontrarían más personal subiendo los salarios?

–Eso es demagógico. Hay sectores como el metal que demanda empleo y su convenio es probablemente el más alto de España. El problema está en la orientación.

–¿La FP sigue estando desprestigiada?

–Se está imponiendo y se va a imponer, va a ir a más. Pero depende de la rama. La sanitaria está desbordada en cuanto a la demanda, pero luego hay otras como las más industriales que no tienen tanta. Entiendo que por encima de todo esto está la libertad individual y cada uno estudia lo que le apetece. Pero la orientación es clave. Los estudiantes y las familias tienen que tener la información de que si estudian tal cosa van a tener empleo.

–¿Cómo ve la situación económica?

–Muchas veces se traslada un mensaje equivocado de que los empresarios nos estamos enriqueciendo con la crisis, pero es todo lo contrario. La que está recaudando más es la administración y la mayoría de los salarios se están actualizando. Las empresas lo que están perdiendo es margen de negocio. Aunque para 2023 se vienen nubarrones espero que se puedan despejar pronto si cogemos viento de cola porque la crisis que estamos pasando es, en mi opinión, coyuntural.

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