Opinión | nuevos pliegos de cordel

Uría, ayer y hoy

El tramo de calle que va desde las primeras casas de Rosal hacia lo que iba a ser la estación del tren se abrió en 1880.

Ya en 1874 se había planteado hacer la larguísima calle, con la intención de unir el Oviedo clásico con lo que luego fue Uría. Entrado el siglo XX, aquella gran calle, que ya era la más importante de la ciudad nueva, se fue poblando de palacetes de americanos, y luego de chalets de leoneses. Todos los que éramos jóvenes en los años 50 y 60 del siglo XX recorríamos, arriba y abajo, el paseo de los Álamos. En las sillas de hierro forjado que había instaladas en él se sentaban muchas madres de mozas casaderas, y de allí salió más de una boda.

El paseo dejó de ser lugar principal para convertirse en lo que es ahora, lugar de paso. De todo el gran comercio que hubo por las inmediaciones –sitios como "Botas", "Al Pelayo" y "Blanco y Negro"– nada queda; el comercio actual, al margen de "El Corte Inglés", es de establecimientos efímeros, que, en general, no cuajan.

Algún otro día hablaremos del Carbayón, que se erguía en la calle Uría.

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