175 años sirviendo a los ovetenses

Vivir en una de las ciudades más seguras de España es uno de los factores que hacen de Oviedo un lugar idílico para echar raíces, trabajar y formar una familia. No seré yo quien reste mérito al carácter tranquilo y a la conciencia cívica de nuestros conciudadanos. Pero no podemos negar que este título que llevamos muy a gala también es atribuible al gran activo que tenemos en esta ciudad, nuestro cuerpo de Policía Local, un servicio esencial para nuestro municipio.

Seguramente, mucha gente ignora que este año estamos de aniversario en el área de Seguridad Ciudadana, soplando, nada más y nada menos, que 175 velas. Por eso, creo que procede hacer un poco de historia sobre los orígenes del servicio, para lo que hay que retrotraerse hasta mediados del siglo XIX. Tal y como atestiguan los fidedignos documentos custodiados en nuestro querido Archivo Municipal, es en el año 1849 cuando encontramos las primeras huellas bibliográficas de la actual Policía tal y como la conocemos hoy. Por orden real de Isabel II, la noble ciudad de Oviedo consideró necesario contar con sus cuatro primeros guardas municipales, que llegaban para reforzar el servicio de los serenos, cuando acababan ronda nocturna por los empedrados carbayones. Cuatro guardias urbanos que, como rezan los escritos, debieron andar atinados en el desempeño de sus cometidos, ya que dos años después el alcalde propondría que se les subiese su "corto sueldo" como gratificación a su buena labor.

Hemerotecas aparte, nadie pone en duda hoy que la Policía Local de cualquier municipio de España es un servicio indispensable que forma parte de la columna vertebral de la administración municipal. Aquel germen del cuerpo policial que conformaron los cuatro guardas urbanos da paso hoy a una plantilla de 230 agentes, hombres y mujeres, sin los que esta ciudad, sencillamente, no podría funcionar. Aquellos alguaciles de mediados del XIX se han convertido en una plantilla de funcionarios y servidores públicos que velan por preservar el orden y la seguridad de la zona urbana y rural, fieles custodios de ese título de ciudad segura que no queremos perder. 230 agentes trabajan en la actualidad en el cuerpo de Policía Local, con su base de operaciones en el cuartel del Rubín, y también desde los cuartelillos de Olloniego y Trubia.

Agentes con una larga cartera de servicios que va mucho más allá de la mera labor preventiva del delito o la función punitiva. Ellos representan la esencia misma del valor asistencial más próximo al ciudadano que encarna el municipalismo. Son funcionarios públicos que han protagonizado, en no pocas ocasiones, intervenciones heroicas, desinteresadas y fuera de su horario laboral, guiados por una vocación de servicio público sin la que difícilmente podrían ejercer un trabajo como este. Una plantilla que queremos incrementar hasta la cifra de 300 antes de que finalice 2025. Los colores de nuestra Policía Local también los defienden ahora un nutrido elenco de agentes femeninas, que tienen mucho que agradecer a la primera mujer que les abrió paso allá por el 1985. Una joven Mercedes García, de 21 años, a la que homenajeamos el año pasado, que tuvo que hacer mucho camino al andar para equipararse a sus homólogos masculinos borrando trasnochados prejuicios.

En este 175 cumpleaños tampoco quiero olvidar la enorme labor pedagógica que realizan muchos de nuestros efectivos con actividades y charlas destinadas a los más pequeños, demostrando el importante papel que cumplen en nuestra comunidad en pro de la convivencia y la solidaridad entre ciudadanos. Para mí es un orgullo estar al frente de este servicio, con el comisario Javier Lozano a los mandos, con un personal cada vez más preparado y a los que tratamos de corresponder con las mejores equipaciones, las mayores dotaciones tecnológicas y unas modernas y eficientes instalaciones. Hombres y mujeres que nunca cuelgan el uniforme si se trata de acompañar y ayudar a sus vecinos.

Gracias a todos, y por otros 175 años más patrullando Oviedo.

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