Víctor F. Salinas: "El despoblamiento es la gran amenaza para el paisaje asturiano"

"El despoblamiento es la gran amenaza a la que se enfrenta el paisaje de Asturias; en algunos años en muchos concejos solo habrá personas llegadas de fuera y sus percepciones serán foráneas; quienes hacen el paisaje son los que lo viven y lo crean". Víctor Fernández Salinas, catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Sevilla, reconocido especialista en paisajes culturales que ha realizado múltiples informes para la Unesco, lanzó ayer un llamamiento a prestar más atención a los paisajes de Asturias, que además conforman uno de los valores que identifican a la región.

Lo hizo en el Club Prensa Asturiana, en una conferencia organizada en colaboración con el departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, en la que fue presentado por Felipe Fernández García, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Oviedo y amigo de la infancia de Fernández Salinas.

El profesor alertó sobre la presión que se ejerce en la actualidad sobre las villas asturianas, "que aunque sea de baja intensidad puede convertirse en un riesgo, como es el caso de Luanco y las nuevas construcciones que se llevan a cabo en algunas zonas", matizó.

Fernández Salinas abogó por ordenar los paisajes, al igual que se hace con los elementos de una casa, y lamentó que Asturias carezca de una ley paisajística, como sí tienen Galicia, Cantabria y País Vasco. "Me preocupa que estos desarrollos afecten a elementos patrimoniales, como en la entrada a Navia desde el Camino de Santiago, donde están previstas actuaciones urbanísticas", señaló. Tampoco pasó por alto el valor patrimonial y paisajístico de la antigua fábrica de La Vega, "una oportunidad magnífica para Oviedo donde pueden hacerse intervenciones que vayan en pro de la ciudad", añadió. A su juicio, también es clave entender la relación especial que la capital mantiene con el Naranco, "sagrada e impresa en el ADN de la ciudad". "Estoy en contra de melancolías del pasado; tenemos que encontrar modelos nuevos. Los pueblos no pueden convertirse en caricaturas", resaltó. Fernández Salinas reconoció que su aprecio por el paisaje rural ha ido cambiando: "Cuando veía bañeras para que bebiese el ganado, echaba de menos más sensibilidad sobre el paisaje. Ahora entiendo que esos indicadores nos hablan de un paisaje con vida", recalcó.