Un puente hacia el museo de Bellas Artes de Asturias

La gran pinacoteca regional abre sus puertas a los vecinos de Oviedo con un programa que acerca el arte a los centros sociales

Por la derecha: Cristina Heredia guía a los visitantes por el Museo de Bellas Artes.

Por la derecha: Cristina Heredia guía a los visitantes por el Museo de Bellas Artes. / Irma Collín

Lorena Landázuri

Lorena Landázuri

Descubrir la luz de la pintura de Sorolla, perderse por las salas contemplando las obras de El Greco, Zurbarán o Dalí fue una experiencia impagable que pudieron disfrutar ayer los vecinos del centro social ovetense Muñoz Degraín.

Bajo el nombre "Tendiendo puentes", el museo de Bellas Artes de Asturias, en colaboración con la concejalía de Centros Sociales, lanza una iniciativa que busca acercar el arte pictórico a los vecinos, haciéndoles partícipes de un museo que "es también su casa", indicó Cristina Heredia, responsable del departamento de educación del recinto y la encargada de guiar al grupo de visitantes.

La propuesta, articulada mediante dos actividades, una charla en el centro social y el posterior encuentro en el museo, arrancó a finales del pasado año con gran éxito de participación. "La acogida por parte de los vecinos ha sido unánime. De hecho, al museo viene incluso el doble de personas que acuden a las charlas. Por tanto, se han superado todas nuestras expectativas", añade Heredia.

El enfoque, escrupulosamente ideado para poner al invitado en el centro, ofreciendo un recorrido detallado por las salas, es uno de los alicientes para acudir a pasar una tarde apreciando el manejo de la luz del que hace alarde la pintura de Sorolla, figura en torno a la que giró la visita. "He venido varias veces y esta vez nos hablaron sobre la luz en los cuadros. Además, lo explica tan bien, con tanto detalle que se agradece", cuenta Conchita Álvarez, que acude con su hermana a recorrer el museo.

Si algo deja claro Heredia antes de empezar la visita es que "no hace falta tener ningún tipo de conocimiento para disfrutar del arte", solo ganas de dejarse sorprender por las joyas que cuelgan de sus paredes. Algo que Marci Roales, una de las visitantes, realiza asiduamente. "Vengo mucho porque aprendes un montón. Para mí es una actividad más de mi día a día. Vuelvo casi todas las semanas y consulto la web donde explican todos los cuadros. Es una experiencia para repetir", subraya.

Saber cómo funciona el museo, qué actividades ofrece o cómo llegan las colecciones a sus paredes son algunas de las curiosidades que más sorprenden a los asistentes a las charlas, unos encuentros que también sirven para despejar dudas o compartir experiencias. "Es interesante escuchar a quienes ya lo han visitado. Cuentan lo que han visto, qué les ha parecido... sirve para fomentar la participación con el público", explica Heredia.

Despojar al museo de falsos mitos sobre su accesibilidad o la necesidad de contar con formación previa para pasear por sus salas o cierto aire elitista era uno de los objetivos del proyecto. Un patrimonio vivo custodiado por expertos pero abierto a todos. "Lo que guarda el museo es de todos los asturianos. Es un espacio para el disfrute y el conocimiento", apostilla la guía. Un itinerario alejado de los que suelen proponerse a las visitas generales, pensado para enganchar a un espectador que "siempre quiere volver".

El proyecto "Tendiendo puentes" forma parte de una iniciativa conjunta desarrollada en el centro penitenciario de Asturias y aspira a reforzar la idea en la sociedad de que el museo está abierto a la participación de todos. "Es importante llegar a la gente, a personas que, por sus condiciones vitales no se pueden acercar al museo o que simplemente no vienen por puro desconocimiento", recalca Heredia. En definitiva, un espacio de conocimiento y disfrute a la medida de todos.

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