Entrevista | Pablo Fanjul Bolado Presidente de Bioasturias, la nueva patronal de empresas biotecnológicas

"Las biotecnológicas somos diferentes, necesitamos paciencia"

"Estamos en un sector pujante y de futuro, con empresas cuyos productos tienen un fuerte impacto en la sociedad"

Pablo Fanjul, en uno de los laboratorios del vivero de empresas de La Corredoria. | Fernando Rodríguez

Pablo Fanjul, en uno de los laboratorios del vivero de empresas de La Corredoria. | Fernando Rodríguez / José Luis Salinas

José Luis Salinas

José Luis Salinas

Pablo Fanjul Bolado es el presidente de la nueva Asociación de Bioempresas del Principado de Asturias (Bioasturias), del que ya forman parte 24 compañías de un sector aún emergente y que requiere de una maduración superior a lo habitual. Necesitan paciencia. Que es un sector futuro lo demuestra la apuesta del Principado, el Ayuntamiento de Oviedo y la Cámara de Comercio para crear un polo biosanitario en los terrenos de la antigua fábrica de armas de La Vega. Todas estas compañías tienen, además, unas características comunes. Emplean a personal con un alto grado de cualificación profesional, en su mayoría doctores, y su negocio está fuera, en el extranjero. En las siguientes líneas, Fanjul traza los objetivos de esta nueva asociación que tiene ya su sede en Oviedo.

–¿Cuáles son los objetivos de la asociación?

–Tenemos dos líneas principales. Una a nivel interno, que es generar negocio para las empresas, tenemos que ver cómo creamos sinergias y cómo hacemos crecer a este sector. Y otro ganar visibilidad.

–Cómo surge la idea?

–Todo nació en unas jornadas en las que se hablaba sobre el futuro de varios sectores. A la mayoría de los representantes de estas empresas nos convocaron para hablar del futuro de la biotecnología en Asturias. Uno de los temas que salió allí es que en conjunto teníamos poca visibilidad. Fuimos teniendo reuniones y en una de ellas ya elaboramos nuestra acta fundacional.

–¿Qué necesidades tiene el sector de forma inmediata?

–Hicimos un listado de temas prioritarios en los que queríamos evaluar cómo estábamos y proponer ideas. Como prioridades se establecieron cinco asuntos de trabajo: infraestructuras, I+D, regulación, financiación e internacionalización. En cada uno de esos temas se ha montado una mesa de trabajo con tres o cuatro empresas y vamos a hacer un diagnóstico de cómo está el sector y dónde nos gustaría que estuviese dentro de un tiempo.

–¿Qué perfil tienen las compañías que forman parte de la asociación?

–Somos 24 empresas y, probablemente, solo dos o tres tienen edificios propios. Son las que cuentan ya con bastantes años de vida y un nivel de facturación grande. El resto va tirando de locales en alquiler que tienen que ser, en muchos casos, especiales porque se necesitan laboratorios con extracción de humos, limpieza…Y las opciones ahí son el Vivarium de La Corredoria; el Severo Ochoa en el campus de El Cristo; en el edificio del CEEI, en Llanera, también hay espacio, pero ahora que empezamos a crecer y ser más empresas no hay muchas más alternativas.

–Su tiempo de maduración es más prolongado que en otras empresas, ¿cómo logran aguantar?

–Los tiempos de salida al mercado son más largos que los de un sector tradicional. También porque hay que superar una regulación específica, hay una legislación muy concreta. Si vas a un producto sanitario, como un dispositivo médico, la regulación es más estricta, más compleja y más larga. Sectores como la cosmética o la alimentación también tienen una parte regulatoria, pero son algo más cortos. Casi todas tenemos un alto grado de internacionalización.

–¿Tienen problemas para encontrar personal?

–Una de las características comunes es que un porcentaje superior a la media está altamente cualificado y son doctores, especialmente al comienzo. A medida que vas creciendo empiezas a tener tareas más multidisciplinares en las que hay perfiles mucho más difíciles de encontrar que otros. Nosotros químicos o bioquímicos, más o menos, los encontramos. Cuando empezamos a desarrollar instrumentación y necesitamos ingenieros electrónicos para hardware e ingenieros informáticos para software en algunos momentos de estos quince años nos ha costado. Hace siete años sacamos una oferta de ingeniero electrónico y recibimos una barbaridad de currículums, pero ahora cuesta, llegan súper pocos. En la última que publicamos llegaron cinco. Depende del perfil.

–¿Qué aporte hacen sus compañías a la sociedad asturiana?

–Somos empresas que estamos en un sector pujante y de futuro y cuyos productos, de alimentación o de dispositivos médicos, tienen un fuerte impacto en la sociedad. Es un sector en crecimiento, que emplea a un personal altamente cualificado y una de las limitaciones es que necesitamos gente que proviene del ámbito de la investigación, que se tiene que atrever a dar el salto al campo empresarial y que los tiempos para llegar al mercado y la financiación son muy diferentes a las de cualquier otro sector. Somos empresas que requerimos más paciencia y un entorno que lo entienda porque necesitamos de hasta quince años para poner un producto en el mercado. Somos maratonianos, no velocistas, y durante la carrera pasamos muchos momentos de sufrimiento y de duda. El muro hay veces que se supera y otras que no. Es importante que sepamos transmitir estas características porque así te evitas tener inversores que acaban frustrándose y podremos conseguir que en las convocatorias de I+D que salgan no sean todas a 18 meses porque en ese plazo no hacemos nada.

–¿Es un sector maduro?

–El hecho de que se monte la asociación es una muestra de la madurez que va adquiriendo el sector. Todos los años hay tres o cuatro empresas nuevas que se dedican a esto y creemos que nosotros podemos aportarles valor a las nuevas sobre todo en asuntos como la regulación, a los que empiezan podemos ahorrarles mucho tiempo.

–¿Dónde hacen negocio?

–Estamos radicadas aquí, pero todas exportamos. De hecho, un gran porcentaje de nuestras ventas van fuera de España. Es un sector ideal para cualquier región porque es capaz de generar riqueza aquí, pero donde captas a los clientes es fuera. En nuestro caso, el 90% del negocio es en el extranjero.

–¿El término biotecnología se ha puesto de moda últimamente?

–Los términos biotecnología y biosanidad recibieron un impulso durante la pandemia, se pusieron más de moda y en boca de todos. La asociación nace en un momento adecuado por el grado de madurez de las empresas, pero si ahora hay una ola y hay que subirse nosotros encantados. Borja Sánchez (el consejero de Ciencia) está vinculado al sector y es un defensor del mismo.

–¿Cómo valora el proyecto para crear un polo biosanitario en La Vega?

–Creo que no se acaba de transmitir claramente cuál es la idea o el concepto que hay detrás. No se sabe si es un parque tecnológico solo para el sector o un edificio como éste (el Vivarium de salud de La Corredoria) rodeado de otros edificios. Cuando se montó este Vivarium también había esa idea de crear un polo biotecnológico en este entorno, con esa intención también se trajo aquí a la Finba, pero ahora da la sensación que estamos un poco aislados. Pero todo lo que se arrastre para el sector bienvenido sea, lo que llegue, ya sean edificios públicos o terrenos donde las empresas se puedan asentar.

–¿Cómo ve el futuro del sector?

–El futuro es prometedor y de crecimiento en número de empresas, volumen de trabajadores y negocio. Vamos con las luces largas y pensando en que esto es una maratón.

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