Drones volando por el interior de la Catedral de Oviedo: así es el innovador proyecto para hacer vídeos nunca vistos del templo

El ingeniero Iñaki Terán grabará 19 vídeos en distintos enclaves de la Sancta Ovetensis

Franco Torre

Franco Torre

Iñaki Terán tiene el dron en su mano. Es pequeño, no abulta más que un coche de Scalextric hasta que extiende las hélices, y ni siquiera entonces se entrevé su potencial. "Pesa 249 gramos, menos que una barra de pan", asegura Terán, antes de accionar unos botones en la parte superior del ingenio. De inmediato se encienden unas luces y el dron comienza a levitar, hasta situarse unos 50 centímetros por encima de la palma de la mano de Terán. Benito Gallego, deán de la Catedral de Oviedo, observa con interés la operación, y sigue con la mirada el pequeño objeto volador, dotado de una impensable estabilidad, cuando se cuela por la tracería de uno de los arcos del claustro gótico de la Sancta Ovetensis.

Iñaki Terán ha acudido al complejo catedralicio para tomar fotografías y vídeos con sus drones, como parte de un proyecto que desarrolla para la propia Catedral de Oviedo, para crear visitas virtuales en vídeo de diversas partes del conjunto. "Llevo ya 140 horas de trabajo, y me quedan otras tantas", destaca. Terán, ingeniero jubilado, lleva seis años trabajando con drones, un ámbito en el que ha podido aunar su formación profesional con su pasión por la fotografía, logrando resultados extraordinarios. San Juan el Real y San Isidoro, en Oviedo, ya saben del buen hacer de Terán, que antes de lanzarse a volar por la Catedral desarrolló sendos proyectos en esos templos.

Las vistas que Terán logra con su dron son subyugantes por su carácter inédito. Permite, por ejemplo, capturar una vista frontal de las vidrieras, y ver la parte superior del Retablo mayor como si estuviese a la altura de los ojos. También ha capturado vistas cenitales de varias capillas, y ha tomado detalles de los rosetones o de los arcos. Más allá de su atractivo para los turistas, curiosos o fieles, las imágenes de Terán tienen utilidad para constatar la integridad del templo en varias zonas, y un valor realmente incalculable para los historiadores.

"El proyecto se compone de 19 vídeos, de distintas partes de la Catedral", explica Terán. En concreto, son: la entrada por la plaza, con el pórtico y las puertas; la nave central y el altar mayor; la nave del Evangelio con sus capillas; la nave de la Epístola con sus capillas; el Retablo Mayor; los brazos norte y sur del transepto; la girola; los retablos de los altares laterales; el Jardín de los Reyes Caudillos, la Capilla de Santa María del Rey Casto y el Panteón Real; las capillas de Santa Eulalia y de los Vigiles; las capillas de Santa Bárbara y de Covadonga; las vidrieras; el claustro; el Cementerio de Peregrinos; la Sala Capitular; la Cámara Santa, en sus dos alturas; la sacristía; el Museo de la Iglesia; y un último vídeo dedicado a la imaginería. "En algunos puntos es muy difícil por la luz, y luego, aunque el dron tiene mucha estabilidad, en las capillas es muy fácil chocarse", explica Terán, que avanza que además de esos 19 vídeos hará otros cuatro en 3D, que se podrán ver en un móvil o incluso con gafas de realidad virtual: la Capilla del Rey Casto; la Capilla de Santa Eulalia; la Capilla de los Vigiles; y el Altar Mayor. Una de ellas, la de la Capilla del Rey Casto, ya la tiene lista, y es impresionante.

"Es una técnica difícil. Tomas 35 imágenes de 16 megapíxeles para hacer esa foto esférica. Son fotos que no ha hecho nadie", destaca, mientras muestra esa foto esférica de la Capilla de Rey Casto, que convierte su móvil en una ventana al templo, lo que permite incluso ver la cubierta.

El trabajo de Terán avanza con cierta velocidad, aunque no sin dificultades. "Lo más complicado de volar en la Catedral es que no puede haber gente", explica. Eso limita mucho su horario, ya que ha de amoldarse a los ritmos del templo, a las horas muertas en las que no hay culto ni visitas turísticas. El otro inconveniente es que, nada más que abandona los interiores, ha de pedir permiso a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, incluso para grabar en lugares como el Cementerio de Peregrinos. "Aquí dentro manda el deán, pero fuera manda además Seguridad Aérea. Y nos está aplicando una ley de 1960", lamenta Terán, que tiene que programar cada grabación para que la Guardia Civil envíe dos agentes a garantizar que se cumple la normativa. Un corsé que retrasa mucho su trabajo, pero que Terán asume acudiendo a una de las virtudes teologales que promulgan en la Catedral: la paciencia.

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