"Si preguntan por Ángela, os piden ayuda": Camareros de Oviedo se forman contra el acoso sexual

"Tocar el culo a una chica es ahora un año de cárcel", alertan los formadores que imparten talleres a empleados de ocio nocturno

"Si preguntan por Ángela, os piden ayuda": así se forman los camareros de Oviedo contra el acoso sexual

VÍDEO: Irma Collín/ EDICIÓN: Amor Domínguez

Franco Torre

Franco Torre

"Así pillaron a Dani Alves". La frase resuena en el interior del Joker Deluxe, uno de los locales de copas más frecuentados del Antiguo. Quien habla es Jesús Gutiérrez, jefe de seguridad de Controladores del Principado, que participa en una sesión formativa con un grupo de camareros y encargados de locales nocturnos. En ese punto, la formadora, Dámaris Palacios, de Formación Laboral Comunitaria, está hablando de los avisos en clave que una víctima de acoso o de violencia sexual puede estar dando a un camarero para pedir ayuda. Hay una que es ya célebre en el sector: "Si os preguntan por Ángela, os están pidiendo ayuda", explica Palacios.

El "caso Dani Alves", la presunta agresión sexual cometida por el futbolista brasileño en una discoteca barcelonesa, y la oleada de denuncias por sumisión química registradas el pasado verano han puesto al ocio nocturno en alerta, sobre todo tras los cambios legales introducidos con la conocida como "ley del solo sí es sí", que ha provocado que situaciones que, hasta ahora eran consideradas faltas, pasen a tener la condición de delito. "Tocar el culo a una chica esta penado con un año de cárcel", explica Dámaris Palacios, que este martes completó una sesión formativa con los camareros y los encargados del grupo Joker, que regenta cinco establecimientos hosteleros en el Antiguo. Una sesión en la que Palacios enumeró una serie de claves para que los camareros sepan cómo actuar si se tienen que enfrentar a la situación de presenciar un caso de acoso o, incluso, que una clienta les pida ayuda por haber sido víctima de una agresión sexual.

Atentos a las señales. Los locales de ocio nocturno son propicios para el acoso, por la conjunción del horario nocturno con la ingesta de alcohol u otras sustancias. Los camareros tienen que estar atentos a las circunstancias que se dan en el local. "Si vemos a una mujer que está muy borracha y a la que creemos que pueden estar acosando, hay que intervenir. También si nos piden ayuda de forma directa o con algún código, como preguntar por Ángela", explica Palacios.

Separar al acosador de la víctima. La primera reacción ante un caso de acoso es separar al acosador de la víctima y llamar a la seguridad del local. "Hay que intervenir siempre, y llegado el caso sacar al agresor del local", explica Dámaris Palacios. Con los cambios legislativos, aclara, hasta un piropo indeseado puede ser delito. "El clásico ‘guapa’ puede ser un delito: depende de cómo lo perciba la víctima", precisa Jesús Gutiérrez.

Llevar a la víctima a un lugar en el que se sienta segura. Además de separar a la víctima del acosador, hay que llevarla a algún lugar en el que se sienta segura. "Nunca la perdáis de vista. Si para salir de la barra hay que pasar por alguna pared y se la pierde de vista en algún momento, llamáis a un compañero para que os cubra mientras salís. Su agresor puede estar parado junto a ella, no podéis perderla de vista", señala Palacios. Ese lugar seguro puede ser el almacén de bebidas, sin ir más lejos.

"Si preguntan por Ángela, os piden ayuda": Los camareros del Antiguo se forman contra el acoso sexual

Dámaris Palacios, con Jesús Gutiérrez a su lado, durante la formación. / Irma Collín

Identificar al agresor. La primera atención a la víctima resulta clave, sobre todo en un caso de agresión sexual. "Hay que hacer que se sienta segura. Si en la barra hay un chico y una chica, suele ser mejor que sea ella la que atienda a la víctima. Es importante no juzgar: da igual si la chica ha bebido o no, cómo va vestida o si la habéis visto antes con otros, incluso esa misma noche. No hay que juzgar. Hay que centrarse en el estado emocional de la víctima, preguntarle qué le han hecho y tratar de identificar al agresor", explica Palacios. Esos primeros momentos son claves.

Sumisión química. Ante un posible caso de sumisión química, la actuación debe ser similar: guardar en su caso la bebida contaminada, atender a la víctima y tratar de identificar al responsable. "No es cosa vuestra si al final le han echado algo a la bebida o no, vuestra responsabilidad es atender a la víctima y tratar de identificar al responsable, para que no lo vuelva a hacer", explica Palacios.

"¿Quieres denunciar?" Una vez que la víctima se sienta segura hay que preguntarle si quiere denunciar. En el caso de que se aprecie una agresión evidente, que se trate de una violación o que la chica no tenga pleno control de sus actos, los empleados del local deben denunciar por su cuenta. Pero en cualquier caso, aunque la víctima renuncie a denunciar en un primer momento, hay que cumplimentar un cuestionario que se ha proporcionado a los bares por si lo requieren las autoridades. "Incluso si no quieren denunciar en un primer momento, pueden cambiar de opinión tras hablar con su familia o tras pensárselo, unos días después. En esos casos, la información del cuestionario puede ser valiosa para la policía, y también las grabaciones de seguridad", concluye Palacios.

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