David Iglesias: "En África los niños llegan casi desnudos a la escuela"

En la frontera entre Etiopía, Sudán del Sur y Kenia, un grupo de españoles, entre ellos los veterinarios asturianos Esteban Iglesias García-Conde y David Iglesias García-Conde, hacen milagros a diario. En una tierra en la que el tiempo parece haberse detenido, con grandes necesidades materiales y numerosos enfrentamientos tribales por los pastos y por el agua, los misioneros se esfuerzan por estar cerca de la gente.

"Los niños llegan casi desnudos a la escuela, desayunan allí; nosotros construimos muebles, hacemos campañas de desparasitación y todo lo que pueda ayudar", señaló David Iglesias, natural de Ribadesella, que trabaja codo con codo con el padre Ángel Valdivia, sacerdote misionero de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol que hace ocho años llegó a la zona para llevar la palabra de Dios a sus habitantes, pero también para contribuir a cubrir necesidades básicas. "Vimos que muchos niños estaban desnutridos", y nos dimos cuenta de que era prioritario hacer algo al respecto, señaló el religioso, que dejó una cómoda vida en España para servir a los demás.

"La verdad es que yo era un chaval normal, como cualquier otro, pero sentí esa llamada de Dios", indicó. El proyecto humanitario que lleva a cabo la Fundación Emalaikat, a la que pertenecen los veterinarios asturianos, interactúa directamente con los nyangatom, un pueblo indígena de pastores que viven con sus manadas en el suroeste de Etiopía y en el sureste de Sudán del Sur en una parte especialmente inhóspita. "Los nyangatom están en peligro de ser desplazados por la construcción de la presa Gibe III", señaló el misionero Kevin Rakara. "Nosotros recibimos de ellos mucho más de lo que les damos", aseguró Esteban Iglesias.