El PP de Oviedo pide una mayoría absoluta contra el caos y la izquierda alienta un gobierno de progreso

Entre el "si no somos nosotros es el caos" y el deseo de "conformar un gobierno de progreso" mediaba ayer, en torno a las ocho y media de la tarde, todo un eje Uría, Fruela y calle Jesús. A un extremo, al final de la Losa, haciendo juego con las luces de las nuevas escaleras mecánicas de la plaza de los Ferroviarios, otros neones iluminaban la terraza de un hotel donde Alfredo Canteli arengaba a sus militantes ("la campaña no acaba hasta el domingo a las ocho de la tarde"). Al otro, en la plaza del Ayuntamiento, ambiente folixero y conciertos, Podemos despedía su campaña, regional y municipal, con Belén Suárez Prieto al lado de Covadonga Tomé. Solo el PP y Podemos organizaron fiesta pública en la capital para cerrar la campaña. El PSOE de Carlos Llaneza, en una jornada donde había pasado por la Florida y evocado el recuerdo del Carbayón, estuvo despidiéndose de la actividad electoral al lado de Barbón, en Lugones.

El resto de partidos aprovecharon el último día para colocar carpas y acelerar el reparto de propaganda, distribuyéndose por toda la ciudad. Luis Pacho y sus Ciudadanos estuvieron en la calle Nueve de mayo antes de irse a una fiesta para la militancia con el candidato regional; y Sonsoles Peralta (Vox) pasó la tarde pidiendo el voto en las plaza de la Catedral.

Los bloques llegan a este fin de campaña con un punto en común, el de la importancia de La Vega para el futuro de la ciudad, y el deseo de convertirse en una pieza clave de gobierno, en entrar en las posibles coaliciones.

Alfredo Canteli, al revés, se quiere en solitario aunque ayer empleó la mayor parte de sus palabras iniciales para agradecer el trabajo a su gente: "Hay un líder, que soy yo, pero sois vosotros los que hacéis posible esto. Este es un equipo extraordinario". El candidato del PP estuvo arropado por todos los de su lista, mucho militante y la presencia destacada del líder orgánico del PP de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, al que llamó al estrado, abrazó y reconoció con un "eres mi presidente y tú lo sabes". Entre el público, talismán y apoyo constante en los días de elecciones, ya estaba uno de sus hijos, Alberto Canteli, directivo del grupo Havas. Y también su mujer, Marta Suárez. Canteli pidió a los suyos "que Oviedo siga creciendo", recordó que "no hay que echar el voto a la papelera" e insistió en que "no sobra nada". Cada voto cuenta, reiteró: "Tenemos que pensar que esa mayoría está muy lejos todavía, y que tenemos que llegar".

Mucho antes del acto de Canteli, por la mañana, el candidato del PSOE, Carlos Fernández Llaneza, había acudido a la calle Uría, al lugar donde está la placa que recuerda al "Carbayón", para apelar al "árbol totémico" y al espíritu que rodeó su tala. Si a finales del siglo XIX la ciudad acabó tirando el roble para poder progresar hacia Uría y crecer más allá de sus murallas, explicó, ahora se trata de otro tipo de avance pero en sentido inverso. Ese "Carbayón", simbólico o no, que Llaneza ha proyectado en su reforma de la plaza de la Escandalera, uno de los puntos calientes de esta campaña, quiere evocar, dijo ayer, el otro progreso que propugna el PSOE, el de "un Oviedo del siglo XXI", un cambio hacia un modelo de ciudad sostenible, abierto a Europa y "donde quepan todos".

Ya por la tarde, en la fiesta junto a Barbón, Llaneza se juntó también con su equipo y con los afiliados de la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo para celebrar el fin de la campaña y desearse lo mejor de cara al domingo.

Desde Ciudadanos, Luis Pacho estuvo trabajando a pie de calle, repartiendo propaganda a la entrada del centro comercial de Salesas y con la idea puesta en "ser clave para la formación del gobierno". Pacho quiere conseguir representación y poder convertirse en una pieza clave que le permita matizar o marcar las líneas de gobierno, declaró. "Yo vengo con ganas, con el sentimiento del deber cumplido y de haber hecho todo lo que podíamos hacer, haber ido a todos los debates donde los vecinos nos han pedido que fuéramos, con mucha calle y con la pena de los que ven la política como un lugar de ataque al contrario y de juegos barriobajeros".

En la plaza del Ayuntamiento, en un acto con actuaciones musicales que abrió Ana Taboada y donde Covadonga Tomé cerró su campaña, Belén Suárez Prieto dijo que había llegado a este fin de campaña "con los deberes hechos". Habló del "compromiso con el concejo, con la ciudad" y mostró su "confianza" en poder "conformar un gobierno de progreso".

También quieren ser claves y convertirse en una pieza importante dentro de las alianzas postelectorales ("hablaremos con los que respeten nuestras propuestas", había declarado hace unos días Sonsoles Peralta). Con el lema de "vota seguro", la candidata de Oviedo recibió, ante la Catedral, la visita de los otros líderes regionales de su partido, y se fotografió acompañada de la candidata regional, Carolina López, la de Gijón, Sara Álvarez Rouco, y el presidente de Vox Asturias y diputado nacional, José María Figaredo.

Los partidos que salen sin representación en este mandato pero luchan por volver a tenerla, IU y Foro, también pusieron puesto en Oviedo y apuraron las últimas horas del viernes para pedir el voto.

Los bloques llegan a la jornada de reflexión después de una campaña que ha ido de menos a más y donde el debate ha girado más sobre sostenibilidad y urbanismo que sobre modelos económicos. Los nuevos proyectos del PP, anuncios que ayer se exhibían en la fiesta de cierre de campaña en grandes láminas, han servido en ocasiones para polarizar el debate, como la reforma de la plaza de la Escandalera y los modelos alternativos que han surgido, o el proyecto del teleférico al Naranco y la contestación que ha generado por parte de la mayoría de los grupos de la oposición.

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