Medio siglo al servicio de Dios

"Pasó volando, pero mereció la pena", coinciden los catorce sacerdotes que celebraban 50 y 25 años de su ordenación con una misa en el Seminario

Por la izquierda, Javier Suárez, José Manuel Rodríguez Fueyo, Marcelino Montoto, Dositeo Méndez, Jorge Luis Fernández Cortés, José Antonio San Emeterio y José Antonio Álvarez, ayer, en el Seminario. | Zai Semeyes

Por la izquierda, Javier Suárez, José Manuel Rodríguez Fueyo, Marcelino Montoto, Dositeo Méndez, Jorge Luis Fernández Cortés, José Antonio San Emeterio y José Antonio Álvarez, ayer, en el Seminario. | Zai Semeyes / Lucas Blanco

"Aunque sean 50 años, pasaron volando. Que ni te enteras, pero mereció la pena". Son las palabras de Javier Suárez, párroco de San Juan el Real, uno de los 14 sacerdotes que ayer fue homenajeado con una misa en la capilla mayor del Seminario Metropolitano de Oviedo con motivo de las bodas de oro y plata de su ordenación como curas. La eucaristía estuvo presidida por el Arzobispo, Jesús Sanz Montes, y fue concelebrada por medio centenar de sacerdotes, a los que se sumaron diáconos, seminaristas y familiares de los principales protagonistas.

Suárez estuvo acompañado por sus compañeros de promoción José Manuel Rodríguez Fueyo (vicario parroquial de San Juan el Real), Marcelino Montoto (destinado en Gijón), Dositeo Méndez (adscrito a la parroquia de los Santos Apóstoles de Oviedo), Jorge Luis Fernández Cortés (al frente de varias parroquias de Mieres), José Antonio San Emeterio (capellán del hospital de Santander) y José Antonio Álvarez (párroco de la parroquia de San Pedro Gijón. Aunque no pudieron estar presencialmente, también se conmemoraron las bodas de oro del jesuita Fermín Trueba y el capuchino Gregorio Álvarez.

Instantes previos a la eucaristía celebrada en la capilla del Seminario. | Z. S.

Instantes previos a la eucaristía celebrada en la capilla del Seminario. | Z. S. / Lucas Blanco

De los cinco curas que celebraban su primer cuarto de siglo de ministerio solo se ausentó Manuel Fanjul, al encontrarse en Madrid al servicio de la Conferencia Episcopal. Sí pudieron recibir su homenaje in situ el sacerdote de origen venezolano Abelardo Bazó, Víctor Manuel Cedrón, Juan Manuel Hevia Fisas y el jesuita Alfredo Flórez Cienfuegos-Jovellanos.

La eucaristía fue más larga de lo habitual por lo especial de esta celebración, conocida como la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Hubo varios cánticos y lecturas y Sanz Montes aprovechó la homilía para recordar el importante papel de los sacerdotes, a los que se refirió como "ministros o servidores de un misterio que nos desborda", además de tener un recuerdo para el desaparecido Gabino Díaz Merchán, que era arzobispo cuando se ordenaron los sacerdotes homenajeados ayer.

Tras los actos religiosos, los sacerdotes disfrutaron de una comida de confraternización.

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