Entrevista | Billy Villegas Histórico bajista del pop español, reside en Oviedo

"De los ochenta quedan las canciones, los himnos, con poco se hizo mucho"

"Es una pena que nadie apueste por la música en la tele; se habla de banderas, pero nada de cultura, y eso da miedo"

Billy Villegas, en Oviedo. | Luisma Murias

Billy Villegas, en Oviedo. | Luisma Murias / Chus Neira

Chus Neira

Chus Neira

Billy Villegas (Madrid, 1959) es uno de los bajistas más presentes en el pop de autor nacional, muy conocido por su trabajo al lado de Luis Eduardo Aute y Antonio Vega y su paso, junto a Tino di Geraldo, por "Cómplices". Desde hace un año cambió la sierra madrileña, donde se había refugiado de la gran ciudad, por el barrio de la Florida, en Oviedo, la ciudad de su pareja.

–¿Qué le ha traído a la falda del Naranco?

–Mi chica es de aquí y aprovechamos. Era algo de lo que veníamos hablando desde hace tiempo. Yo llevaba veinte años viviendo en la sierra y cada vez que bajaba a Madrid andaba como un auténtico desconocido. Madrid ha ido evolucionando y desde la distancia no te enteras, es una ciudad nueva. Por otra parte, puedes preparar una gira desde aquí. Ganaba en calidad de vida en Asturias.

–¿Y la sierra madrileña?

–Con el covid se disparó. No había nada para alquilar o comprar. Cada vez que cogías el coche para hacer la compra quedabas atascado.

–¿Y con qué idea vino a Asturias?

–Con ninguna. En Pola de Lena vive Rubén Giorgis, que fue mi profesor de contrabajo y es profesor de orquesta sinfónica. Una de las ideas que tengo es volver a estudiar con él, aprovechando que lo tengo cerca. Por otra parte, cuando decidí venir a vivir a Oviedo, Tino di Geraldo me dio algunos nombres: el de su hermana Elsa Fernández, y el de Dani Casielles. Gracias a ellos conocí a Sil Fernández y a Jacobo de Miguel, ¡y bendita la hora! Hablamos de proyectos y surgió la idea de hacer un tributo a Antonio Vega, con ellos dos y con Elsa. Ya lo hemos presentado en Gijón y queremos seguir. Ha sido una sorpresa muy grata, Son músicos con nivelazo.

–¿Un homenaje asturiano?

–Sí, en esa clave, porque la banda de Antonio siempre nos hemos seguido juntando para tocar sus canciones por lo menos una vez al año. Pero últimamente se estaba diluyendo un poco, aunque nos hubiera gustado no dejarlo nunca.

–¿Acompañó a Antonio Vega en toda su carrera en solitario?

–En casi toda, desde "No me iré mañana" hasta casi el último. Al final me coincidió con una gira con Aute y no pude engancharme. Me dijo que no pasaba nada, él era un señor, un caballero.

–Un hombre parecía mantenerse a flote gracias a su música.

–Sí, era lo único que tenía. Esa manera de componer tan especial… Era una luz para todos.

–Ahora también le falta Luis Eduardo Aute, fallecido hace tres años.

–Eduardo ha sido nuestro hermano mayor. En todo: poética, actitud, intelectual… Era una consulta para la vida. Es curioso, porque cuando ellos estaban no era así, pero ahora busco sus canciones. Estoy en YouTube y siento la necesidad de escucharlos. A él y a Antonio, y no solo por el proyecto del homenaje. Me han llegado mucho, quizá porque conviví con ellos durante una etapa muy larga, pero ahora son una necesidad.

–¿Qué canciones?

–De Antonio… "Lucha de gigantes" sí o sí, "La última montaña", con esa fuerza que tenía, "Océano de sal", una canción mágica… Y de Eduardo estoy escuchando mucho "Un ramo de viento", "Las cuatro y diez", "La belleza"...

–¿Se conocían Aute y Antonio Vega?

–Se conocieron en un concierto en Santiago. Cogí a Antonio y le dije "de aquí no va a pasar, vamos a ver a Eduardo". Se admiraban profundamente.

–¿Cómo empezó Billy Villegas en la música?

–En la pandilla de mi hermano estaba Rufo (Luis Suárez Rufo), el manager de Luis Pastor, él me inició en la música. Me llevaban a algún concierto, me empezó a llamar la atención y empecé a tontear con la guitarra. No me puse con el bajo hasta que no empecé a tomármelo en serio, a estudiar en el conservatorio.

–¿Su primer grupo?

–Era un trío, música instrumental, "Soga de pozo", porque ensayábamos en el Pozo del Tío Raimundo. Como seguía teniendo amistad con Rufo, un día nos ofreció tocar en un teatro de Vallecas con la "Orquesta Miraflor". Esa noche estaban también allí "Suburbano" y me vieron tocar. Ellos buscaban bajista, porque el suyo dejaba el grupo, así que a la semana siguiente Rufo me llamó y me preguntó si me gustaría tocar con ellos. Ahí pasé a ser profesional y luego nos convertimos en la banda oficial de Eduardo.

–¿Cómo vivió la movida madrileña?

–Había algo que me atraía en toda esa escena, pero yo no dejaba de estar influenciado por otras música, por el jazz, por la canción de autor. Es verdad que me gustaba "Police" y también el punk. De hecho, con Tino di Geraldo y con Pulgarcito formamos "Tapones Visente", que era muy punky.

–¿Qué queda de aquellos años?

–Quedan canciones. A nivel instrumental eran un desastre, pero se hicieron canciones. Así que queda una obra. Con poco, se hizo mucho. Deberías suspender a cada uno de ellos como músicos, pero ahí están los himnos. Y de entre todas las bandas, tuve mucha relación con "Golpes bajos", fui un gran admirador de Coppini.

–Fue una "edad de oro", como decía el programa, ¿no?

–Hace poco volví a ver los programas de Paloma Chamorro y es alucinante. Creo que no había en toda Europa un programa de televisión que arriesgara tanto como arriesgó ella en ese momento. Es una pena que hoy no haya ninguna apuesta por la música que no sea a través de los triunfitos. Sería obligatorio que hubiera una programación fija de jazz, de folk, de autor… Hoy se habla mucho de banderas pero no se habla de Cultura. Y da miedo.

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