San Pedro de los Arcos marca el compás usando la música como herramienta docente

Tal día como hoy, hace 56 años, el colegio San Pedro de los Arcos abría sus puertas para recibir a los primeros alumnos. La docencia continúa en las aulas, pero ahora suena la música en los cambios de clase y se escuchan mensajes motivadores en los pasillos del centro. Con el ritmo de Marc Anthony, los 156 estudiantes del centro ubicado en la falda del Naranco cierran los libros de una asignatura para afrontar otra. "Tenemos peticiones de los alumnos y suena todo tipo de música, desde salsa a ópera", afirma el director del colegio San Pedro de los Arcos, Ramsés García. Y los viernes la música se traslada también al recreo.

El compás es protagonista en el equipamiento educativo. Ramsés García, que junto con Sandra Carranza, ejerciendo de jefa de estudios, y Susana Fernández, como secretaria, conforman el nuevo equipo directivo, está poniendo en marcha el programa "Somos música". Incluirá variadas actividades, con "invitados" expertos, y permitirá un acercamiento a diferentes países y culturas.

Carranza se encarga del proyecto "Mindfulness SPA", las iniciales de San Pedro de los Arcos, que se está perfilando. El eje será el patio dinámico. "Daremos la oportunidad a los alumnos de un descanso en el recreo de forma diferente", explica la jefa de estudios. Las sesiones parten de una asamblea y la merienda, para desarrollar después juegos y terminar con "una relajación guiada para trabajar la atención plena". Los niños, apunta, "aprenden estrategias para sosegar la mente".

Otro de los proyectos del centro está vinculado al deporte. "Se trabajan los hábitos de salud y el ejercicio de forma transversal", explica García. El nuevo equipo directivo ha recogido "el legado de un trabajo muy bien hecho durante muchos años" y está analizando "cómo optimizarlo con nuestra mirada", traslada Sandra Carranza.

En el colegio San Pedro de los Arcos, en Sexto curso, toca hoy prueba de sustantivos. Dos más abajo, en Cuarto, afirma la estudiante Camila Cardoso, se están estudiando "las palabras agudas" bajo la atenta mirada de las profesoras María Murciego y Aleksandrina Kolarova.

Los alumnos de cinco años, con los rotuladores perfectamente colocados en sus estuches y la mesa en orden, se afanan coloreando en unos folios repartidos por sus profesoras. "Y estamos practicando la grafía ‘O’, de oveja", dice Mercedes León, tutora del curso. Junto a ella, María García Vallaure va repasando los trabajos de los estudiantes. En la pantalla digital se ha puesto música clásica que acompaña el trabajo de los niños. Estos dispositivos "están instalados en las diferentes clases", subraya el director del colegio.

Queda poco para el recreo. Los alumnos del último curso, de Sexto, pasan en dirección al patio junto al mural conmemorativo de los 50 años del centro, celebrado en 2017. Un trabajo en el que "participó toda la comunidad educativa". Unos dibujaron flores, otros corazones y algunos firmaron en esa obra que recuerda la larga trayectoria del centro, que abrió sus puertas con una matrícula de 635 alumnos, que les obligó a habilitar dos turnos.

Actualmente acuden cerca de 160 estudiantes al colegio, que cuenta con 25 profesores. Dispone de un amplio patio, con vistas a la iglesia de San Pedro de los Arcos, aunque se echa en falta, comenta la comunidad educativa, una zona cubierta en el exterior de las instalaciones. En el interior, "tenemos codocencia, con dos profesores en la misma aula en el 90% de las sesiones de Lengua y Matemáticas", destaca Sandra Carranza. Una de las apuestas del equipamiento educativo es "la potenciación de los programas vinculados a la comprensión lectora", con el desarrollo de varios programas, dice el director.

Uno de ellos llega a los alumnos desde los de cinco años a Tercero y se desarrolla en colaboración con la Universidad de Oviedo enfocado a la lectoescritura. "El equipo de Soledad González-Pumariega nos acompaña en el proceso, haciendo pruebas y diseñando actuaciones", manifiesta la jefa de estudios.

Ya a partir de los tres años se presta especial atención "a la estimulación del lenguaje oral", dice Ramsés García. En el San Pedro de los Arcos se desarrolla un programa puesto en marcha por la Consejería de Educación, que desplaza todas las semanas a un profesional para trabajar en estas áreas. Y se presta atención también en el ámbito de la comprensión lectora en lenguas extranjeras.

El equipo directivo hace hincapié en el trabajo de la inteligencia emocional y las habilidades sociales con los alumnos. Pero también en la unión de la plantilla docente "para conformar un equipo no solo para trabajar juntos, también para construir comunidad", subraya Sandra Carranza. Para ello se ha recurrido a talleres.

Y se apuesta en el colegio por un "diálogo entre escuela y familias que esté vivo"; se quiere que "las familias estén en el centro y participen", añade. El centro, que tiene servicio de comedor y ofrece desayunos, es además uno de los equipamientos en los que el Ayuntamiento desarrolla el programa Concilia todos los fines de semana, las vacaciones escolares y otras jornadas no lectivas.

Feli Álvarez lleva dieciséis años como profesora en el colegio ubicado en la falda del Naranco. Los últimos trece cursos ejerció como directora y en este ha decidido "volver al aula y vivir la docencia a tiempo completo" antes de jubilarse. Lleva 36 años dedicada a la enseñanza, que es su "gran vocación", afirma.

Cuando llegó la matrícula ascendía hasta los "doscientos y muchos". "Afronté la dirección con mucha ilusión", relata Álvarez, que imparte clases en Sexto curso. Durante esa época, el centro acogió durante dos cursos a los alumnos del colegio Dolores Medio, para ejecutar obras, y llegó la pandemia con los estudiantes y los profesores lejos del colegio.

"Me iré con el cariño y el respeto", dice, segura, Feli Álvarez, que destaca la "buena convivencia" que siempre ha existido en el centro. Este curso, Ramsés García, Sandra Carranza y Susana Fernández han cogido la batuta.

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