Ingresan en el centro de menores de Sograndio tres "Trinitarios"

Un cuarto adolescente acusado de refundar la banda latina en Asturias está desaparecido, y otro, pendiente de declarar

Dos agentes de la Policía Nacional conducen a uno de los presuntos «Trinitarios» detenidos. | P. N.

Dos agentes de la Policía Nacional conducen a uno de los presuntos «Trinitarios» detenidos. | P. N. / Lucas Blanco

Tres de los cinco menores de edad que se encontraban entre los diez arrestados de la banda latina de los "Trinitarios" en Oviedo y Gijón han sido enviados de forma preventiva al centro de Sograndio. Un cuarto adolescente se encuentra en paradero desconocido y el quinto prestará declaración en los próximos días, según indicaron fuentes de la Fiscalía de Menores este jueves. Tanto los menores como los otros cinco arrestados –enviados a prisión– están acusados de crear en Asturias una "franquicia" de un grupo "violento" entre cuyas prácticas habituales están las agresiones con machetes, amenazas y robos con violencia.

La Policía, que ya ha realizado diez arrestos, no descarta nuevas detenciones

El nuevo "capítulo" (nombre con el que se conocen a las delegaciones de la banda) estaba preparando un piso para asentarse en el barrio ovetense de La Corredoria, después de que la Policía Nacional desarticulara en junio de 2022 un grupo de "Trinitarios" asentado en Gijón. Entre los detenidos en la última operación, desarrollada el jueves de la semana pasada, se encuentran dos líderes que fueron ya arrestados el año pasado en la ciudad marinera.

Las indagaciones de la Policía comenzaron el pasado agosto a raíz de un robo con violencia en La Corredoria que podía tratarse de un ajuste de cuentas de un grupo de "Trinitarios" contra un joven rival. La colaboración con los agentes que desarticularon en junio de 2022 un "capítulo" de Gijón permitió determinar que dos de los detenidos en aquella operación –uno de ellos el "suprema", el máximo rango en la banda– estaban intentando establecer una base en Oviedo.

Los policías constataron un rápido incremento de integrantes del grupo, así como el empleo de medidas de seguridad para sus reuniones y el uso de la violencia cada vez de mayor intensidad. En alguna ocasión, blandiendo machetes para intimidar a sus oponentes.

El grupo contaba con una rígida estructura interna controlada por el "suprema", a cuyas órdenes se situaba un escalón intermedio y los "soldados", sobre los que se aplicaba una férrea disciplina administrada por el líder que incluía castigos físicos y pruebas de valor con peleas uno contra uno.

Como medida de seguridad, el líder de la banda había cambiado las normas de forma que solo en sus reuniones internas usaban sus características bandanas verdes y los collares de cuentas de colores rojo, blanco y azul –símbolo externo de su categoría en el grupo–, y habían renunciado a usar grafitis para marcar su territorio.

Según fuentes policiales, no se descartan nuevas detenciones a medida que avance de la investigación.

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