LibrOviedo infantil abre sus puertas para acercar a los jóvenes lectores al papel

La feria, que tiene «El Principito» como hilo conductor, aspira a reeditar el «éxito» de su «hermana mayor», que cumplirá 30 años

Adrián Alonso y Tamara del Cuadro, con sus hijas Llara y Leire, mirando varios libros.

Adrián Alonso y Tamara del Cuadro, con sus hijas Llara y Leire, mirando varios libros. / Irma Collín

Con 6.000 libros en las estanterías y las mesas y variadas actividades programadas echó a andar ayer en el Palacio de Exposiciones y Congresos «Ciudad de Oviedo» (Calatrava) la primera edición de LibrOviedo infantil y juvenil. Doce librerías participan en la feria dirigida a los lectores más jóvenes, que, comentó en la inauguración la concejala de Educación, Lourdes García, «esperamos que celebre muchas más ediciones y alcance el éxito del LibrOviedo, su hermana mayor, que va a cumplir 30 años».

Incidió la edil en que el trabajo para organizar esta cita, promovida por la asociación de libreros de Oviedo en colaboración con el Ayuntamiento, se inició hace un año ante «la preocupación de que la lectura en los más pequeños y los jóvenes estaba decayendo, con menos público que acudía a las bibliotecas». El objetivo es, aseguró la presidenta de LibrOviedo, Mar Prieto, «acercar la lectura al público infantil y juvenil». «Queremos engancharles para que vuelvan al libro de papel», dijo.

Cecilia y Bruno Nuño, participando en la yincana organizada por Omar Fernández. | Irma Collín

Cecilia y Bruno Nuño, participando en la yincana organizada por Omar Fernández. | Irma Collín / E. Peláez

El hilo conductor de la feria, que se clausura hoy, es «El Principito», aprovechando que se cumple el 80.º aniversario de su publicación y el 40.º de la traducción al asturiano («El Principín»). La obra en diferentes idiomas y otros artículos relacionados, coleccionados por Beatriz Requejo y Marta Rodríguez, ocupan un lugar destacado entre los libros de temáticas variadas que niños y jóvenes hojeaban y compraban desde primera hora ya.

Entre ellos, los hermanos Cecilia y Bruno Nuño, que son voluntarios en la feria. Con el libro «La bruja que no quería una escoba (de las de barrer)», escrito por Susanna Isern, ya bajo el brazo, Cecilia Nuño, de 7 años, aseguraba que le gustaba mucho leer. También a su hermano, al que le gustan mucho «novelas de aventuras». Entre sus autores preferidos se encuentran «Julio Verne y Emilio Salgari» y una de las obras que recomienda es «Los tigres de Mompracem». «Me gusta más el libro de papel que la tablet», comentó Bruno Nuño, que suele dedicar a la lectura de «hora y media a dos horas cada día».

Antes de empezar a ejercer como voluntarios, los hermanos Cecilia y Bruno participaron en la primera de las actividades de la jornada. Era una yincana centrada en «La oscuridad de Ósgadur», libro de literatura fantástica escrito por Omar Fernández García-Jove. El juego propuesto por el autor comenzaba con unos puzles, que una vez completados por parte de los participantes, permitían pasar a otro tipo de pruebas para lograr el código necesario para abrir un cofre.

Clara y Elena González y Clara Cortizo ejercen también en esta feria infantil y juvenil como voluntarias. Ayudarán durante estas dos jornadas que se prolonga la cita literaria para niños y jóvenes. Las tres son aficionadas a la lectura. «Leo cinco o seis libros al mes», afirmó Clara González, que tiene, al igual que sus compañeras, a las novelas de misterio entre sus favoritas. Enrique Maradona, de la librería Pasa Página, constata un mayor acercamiento de niños y jóvenes, «pese a las pantallas», al libro de papel. Para elegir, indicó, «tienen a su disposición muchos títulos en un mercado que es muy dinámico». Libros interactivos, otros que acercan al lector a la física cuántica y manga figuran actualmente entre las preferencias de los jóvenes, según la presidenta de LibrOviedo.

Lourdes García, a la izquierda, y Mar Prieto, en la feria. | Irma Collín

Lourdes García, a la izquierda, y Mar Prieto, en la feria. | Irma Collín / E. Peláez

En la feria, se venden chapas cuyos diseños están basados en «El Principito». Son obra de alumnos del IES Pérez de Ayala, que destinarán la recaudación a la Asociación de Ventanielles «Vida Digna», que ayuda a personas del barrio que lo necesitan. «Una chapa cuesta dos euros y dos, 3,50», señaló Beatriz Requejo, profesora del Instituto, que estaba acompañada de las también docentes Ana María Iglesias y Berta Rodríguez y de la presidenta de la AMPA y de la asociación, Rosario Jiménez. A unos metros se pueden comprar ejemplares del calendario 2024 de la Asociación «Galbán», de familias de niños con cáncer, y Cáritas recoge libros usados.

Un taller sobre filosofía, un concurso de disfraces literarios y un encuentro con deportistas fueron otras actividades celebradas. Hoy, la feria abrirá a las 10.30. Habrá cuentacuentos, talleres, cine y presentaciones de libros antes de la clausura, que se celebrará a las 19.30 horas.

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