Así está el edificio de Maternidad del viejo HUCA diez años después: abierto de par en par y arrasado

El grupo del Partido Popular en la Junta del Principado se plantó ayer a las puertas del edificio de Maternidad en el Cristo para denunciar la pasividad del gobierno de Barbón ante una parcela, la del viejo HUCA, que lleva diez años sin hospital. Las palabras de José Agustín Cuervas-Mons, escoltado por los diputados José Luis Costillas y Sandra Camino y acompañado por el segundo teniente de Alcalde de Oviedo, Nacho Cuesta, encontraron respaldo a sus denuncias en el emplazamiento que escogieron para la rueda de prensa. El propio edificio de Maternidad, propiedad de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) está abierto de par en par, con buena parte de la cristalera que funcionaba de cierre destrozada y el interior arrasado.

De nada han servido las últimas actuaciones realizadas por la TSS en la zona, eliminando plazas de aparcamiento y prohibiendo la circulación de los coches. La única forma de impedir el acceso de los peatones, que utilizan ese paso como un atajo natural hacia la zona alta del Cristo y el campus que se extiende más allá de Julián Clavería, ha sido instalar unos carteles de prohibido el paso. Tienen mejor color que los originales del hospital, amarillentos y comidos por el óxido, pero la vegetación desatada del recinto hospitalario abandonado ya empieza a comerse toda esa señalética. Ninguna valla impide el paso por delante de Maternidad ni tampoco acceder a la entrada por esa característica escalinata. Al llega al final, varias hojas de la cristalera están hechas añicos, con los cristales todavía por los suelos, y ningún elemento impide el acceso al interior.

El hall de Maternidad, los pasillos y consultas muestran un estado de ruina total. El cableado ha sido arrancado de las paredes, los sistemas de aire acondicionado desmontados, el falso techo está destrozado aquí y allá, se han llevado los enchufes y hasta los sanitarios de los baños y las tuberías. En medio de ese escenario de derrumbe, abundan los restos de botellas, latas y los grafitis inocentes.

El edificio, confirman vecinos de la zona atentos al proceso de deterioro constante que sufre todo el recinto hospitalario, no tiene okupas porque resultaría imposible vivir allí, pero además de los vándalos que vienen a llevarse lo poco que puede quedar con algún valor los otros usuarios son los yonkis y los grupos de adolescentes, que ocasionalmente, y ante la ausencia de trabas para acceder al interior, también han empezado a frecuentar esos pasillos.

Algunas de esas pintadas y los restos de latas y botellas así parecen indicarlo. Esos mismos vecinos indican que el personal de seguridad apenas puede hacer nada con los intrusos, puesto que cuando pillan a alguien dentro no consiguen que ninguna administración ponga denuncia, teniendo que dejarlos en libertad y volviendo a encontrarlos al día siguiente colándose en los mismos edificios. El control es todavía más difícil porque el recinto hospitalario está conectado internamente por pasillos. De esta forma, señalan estos vecinos, la gente que se mete dentro de Maternidad luego sale por otro bloque. La única solución sería tapiar todos los módulos. El Ayuntamiento de Oviedo, según indicó ayer Nacho Cuesta, no tienen previsto, de momento, exigirle a la TSS o al Principado una actuación de urgencia con la amenaza de actuar por su cuenta subsidiariamente.