Ventanielles llora al exalcalde de barrio Enrique Hernández, fallecido a los 84 años

«Era un referente, se ha ido pero nos deja llenos de orgullo», dicen los familiares del que fuera popular bedel del colegio durante dos décadas

Enrique Hernández, el pasado septiembre, cuando recibió un homenaje de sus vecinos, acompañado por su hijo  José y por Noelia García.

Enrique Hernández, el pasado septiembre, cuando recibió un homenaje de sus vecinos, acompañado por su hijo José y por Noelia García. / Luisma Murias

La llama de Enrique Hernández, exalcalde de barrio de Ventanielles entre 2011 y 2015 y bedel del colegio público de dicho barrio durante dos décadas, se apagó en la tarde del sábado. El que sin duda era uno de los vecinos más populares de la zona falleció en el Hospital Monte Naranco a los 84 años a causa de las complicaciones de un cáncer de vejiga, pero tres semanas antes tuvo la oportunidad de dar su último paseo por su querido barrio. «Lo saqué en silla de ruedas y nos llevó 40 minutos recorrer los 80 metros que hay entre el Expréss y Los Fresnos porque todo el mundo lo abrazaba y besaba», comentó ayer emocionado su hijo José en la capilla ardiente instalada en la iglesia evangélica de la calle Río Narcea, donde la tarde del sábado no cabía un alfiler para velar a «un referente que se ha ido, pero que nos deja llenos de orgullo».

Hernández deja un profundo recuerdo. Sus veinte años como bedel le permitieron conocer a generaciones y generaciones de vecinos del barrio, donde fue determinante para conseguir mejoras los cuatro años en los que ejerció de alcalde de barrio. «Quiero que eches una mano», le dijo Gabino de Lorenzo en 2011 para ofrecerle un puesto que no dudó en aceptar. «Por Ventanielles lo que haga falta», cuenta su hijo, que le respondió al entonces alcalde de Oviedo para aceptar ser su enlace.

Hernández deja un enorme legado público y familiar. Conocido como «El Chaval» por todos sus allegados, nació en Palencia en mayo de 1939. Cuando solo contaba con 14 años, se trasladó a Oviedo, a los albergues de San Lázaro, echando raíces en la ciudad para siempre. Aunque había estudiado unos años en Aguilar de Campoo, «donde las galletas Fontaneda», cuando se instaló en Ventanielles hace medio siglo, se puso en contacto con la Cruz de los Ángeles para impartir clases de lectura y escritura a niños que no sabían.

Casado con Carmen Vargas, ambos tuvieron ocho hijos, a los que siguieron 25 nietos, 15 bisnietos y otros cinco tataranietos. «En verdad fue también el padre de muchos alumnos del colegio», relata José Hernández, señalando a varios antiguos escolares que en la mañana de ayer se pasaron para dar su último adiós a «El Chaval».

Antes de convertirse en el conserje más recordado del centro educativo, Enrique se ganó la vida como pudo. Recogía telas, muebles y enseres de vecinos de la zona rural y los vendía en mercadillos. El emprendimiento era una más de sus muchas facetas. «Era lo máximo. Músico, poeta y de todo, pero sobre todo destacaba por tener un don de gentes único», continúa explicando el menor de los cuatro hijos varones del exalcalde de barrio.

Su pasión por la música lo llevó por toda España durante una pequeña parte de su vida. Enrique se incorporó en 1963 a «Los Cinco Rumberos», una formación que durante un lustro recorrió las principales salas del país, llegando a compartir cartel con gigantes artísticos de la época como Bambino.

Todo lo sembrado durante las casi ocho décadas y media de vida de Hernández tuvo su reflejo ayer y la tarde del sábado en la capilla ardiente instalada en la iglesia evangélica. Por el velatorio se pasó medio barrio y algún rostro conocido, como la concejala de Festejos, Covadonga Díaz, quien recordó con cariño al exlíder vecinal. «Es un día triste, Ventanielles pierde a un referente, a una gran persona», apuntó la edil, en la misma línea que el exalcalde Agustín Iglesias Caunedo. «Era un gran tipo que conocía Ventanielles a la perfección», añadió.

El funeral por su eterno descanso tendrá lugar hoy en la misma sala del velatorio a las 11.00 horas. Posteriormente, el cuerpo será trasladado al cementerio del Salvador para recibir sepultura.

Los vecinos se muestran reconfortados por haber podido reconocer en vida todos los logros que ahora vuelven a salir a relucir con la pérdida del popular bedel del colegio. El Colectivo Vecinal Ventanielles organizó el pasado septiembre un concurrido tributo a «El Chaval» en el salón de actos del mismo colegio, donde vio crecer a cientos de niños del barrio. El equipamiento se quedó pequeño para el numeroso público. Hubo sonoras ovaciones, una proyección de fotos de sus distintas etapas vitales, reparto de placas y emotivas declaraciones por parte de Hernández. «Para mí todos sois mis niños», dijo, visiblemente agradecido, para un salón lleno de rostros conocidos y almas agradecidas al inolvidable bedel enamorado de su barrio. «Somos el mejor barrio del norte de España», solía decir, según indican los habitantes de su querido Ventanielles. Descanse en paz.

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