Fallece a los 79 años Carmen Villalvilla, histórica directora del Dolores Medio

"Llenaba la casa de alegría", dice una hija de la profesora, pionera en el desarrollo de proyectos de integración de alumnos de educación especial

Carmen Villalvilla, con su nieta Claudia cuando esta era una niña.

Carmen Villalvilla, con su nieta Claudia cuando esta era una niña. / LNE

La enseñanza ovetense perdió este sábado a la que fuera una de sus referentes durante varias décadas. Carmen Villalvilla González-Villalobos, histórica directora del colegio público Dolores Medio, falleció este sábado, a los 79 años de edad, tras un lustro de lucha sin cuartel contra una grave enfermedad frente a la que los médicos le habían dado inicialmente una esperanza de vida de entre diez días y dos años. "Era extremadamente generosa, bondadosa, muy optimista y llenaba la casa de alegría", comentaba ayer en el tanatorio Arabela Fernández, la hija con la que la docente residía en Llamaquique.

A Villalvilla la nacieron en Castro-Urdiales (Cantabria). Hija de padre militar, pasó parte de la infancia en Burgos antes de instalarse en Santander, donde se formó como maestra. Tras acabar los estudios, sacó plaza en Cangas del Narcea. Cogió experiencia y, más adelante, la trasladaron al colegio de la Luna, en Oviedo. Allí se convertiría en directora, viviendo desde el cargo cómo el centro pasó en 1993 a llamarse Dolores Medio como homenaje a la escritora carbayona que vivía justo encima del colegio y utilizaba como inspiración para sus relatos las escenas protagonizadas por los alumnos en el parque.

Los colegas de profesión hablan de Carmen Villalvilla como la pionera "en Asturias y posiblemente en España" en la integración de los alumnos de educación especial. Además de experta en esta rama del magisterio, era logopeda y psicóloga, aunque todos coinciden en resumir su amplísimo currículum formativo en que "era una grandísima maestra".

Sus innovadoras metodologías en el aprendizaje colaborativo, plasmadas en varios estudios que aún hoy siguen siendo referencia en la formación del profesorado, la hicieron ganarse un gran prestigio entre compañeros de toda Asturias. "Le ofrecieron muchos cargos, pero ella solo quería seguir trabajando con sus alumnos", apunta la hija de la docente, que se jubiló a los 65 años tras pasar una última etapa de su vida laboral trabajando como pedagoga en el Instituto Fleming.

Casada con el facultativo de minas allerano Armando Fernández Baizán, ambos tuvieron tres hijos: Luis, María y Arabela, los cuales siguieron sus pasos. El primero es coordinador de la Fundación Vinjoy, Arabela es orientadora y pedagoga en un centro de Avilés y María también se dedica a la educación. Además, Carmen Villalvilla deja tres nietas. Claudia, de 18 años, también vivió con ella desde pequeña. Las otras dos, Carla y Daniela, son hijas de Luis.

La familia se instaló inicialmente en Valentín Masip, para pasar posteriormente a vivir en Llamaquique. Tras la jubilación, el matrimonio se volcó en sus aficiones. Ambos tenían una finca en Bobes (Siero) donde pasaban horas y horas. Armando, fallecido en 2016, hacía trabajos de carpintería, mientras que Carmen, una vez retirada de las aulas, disfrutaba coleccionando, diseñando y elaborando todo tipo de joyería.

La capilla ardiente está instalada en la sala 5 del tanatorio del Salvador. El funeral de cuerpo presente se celebra hoy, a partir de las 13.00 horas, en la iglesia parroquial de San Francisco de Asís, en la antigua plaza de la Gesta. La familia se mostró ayer muy agradecida por las numerosas muestras de condolencia. "No paró de venir gente durante todo el día", indicó Arabela Fernández, quien también aprovechó para agradecer "el trato exquisito" recibido por su madre por parte de los sanitarios que la acompañaron en su lucha contra la enfermedad. Descanse en paz.

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