Así fue la procesión del Prendimiento en un peregrinaje casi a oscuras hasta el Antiguo de Oviedo: luz tras la muralla

La lluvia dio una tregua y permitió llevar al Jesús de la Sentencia hasta la capilla del edificio histórico

La incertidumbre de si la lluvia impediría la salida de la procesión del Prendimiento, la segunda de la Cofradía de los Estudiantes, no se despejó hasta minutos antes del inicio de la misma. Entre un mar de paraguas, Manuel Carrera, Diputado Mayor de la hermandad, confirmaba que las previsiones meteorológicas eran halagüeñas a la salida de la parroquia de San Javier de la Tenderina, punto de partida de un peregrinaje de más de dos horas hasta el edificio histórico de la Universidad. «¡Arriba el Prendimiento! ¡Al cielo el Hijo de Dios!». El grito de los costaleros anunciaba el inicio de la procesión minutos antes de las ocho de la tarde. Ya no había vuelta atrás.

Tras el padrenuestro entonado por el párroco Alberto Reigada, sonó el himno nacional y los costaleros sacaron el paso de plata, traído hace unos años de Jerez de la Frontera, sobre el que descansan tres figuras: Jesús prendido, un soldado romano y un funcionario judío que da fe del prendimiento. El paso lo abría la banda juvenil de Colloto. Los seguían las damas con mantilla y los nazarenos invitados de otras cofradías, además de los de los Estudiantes (Los Javieres). Cerraba la expedición la agrupación musical «San Salvador» y la escoltaban gastadores de la Guardia Civil y antiguos Caballeros Legionarios de Asturias.

La procesión representa el acompañamiento a Jesús en un momento duro, en el que Judas le ha traicionado y Pedro le ha negado. Los vecinos de la Tenderina saludaron el paso de la procesión por el barrio, aunque el momento de mayor emoción se produjo al rodear los restos de la muralla. Al alcanzar el Postigo Bajo, las luces de las farolas se apagaron y la procesión circuló a oscuras, solo ayudada por las velas. Los pasos realizaron tres saludos en las calles del Antiguo: ante la sede la Hermandad del Silencio, en Feijoo; y en los conventos de las Hermanitas de San Vicente Paúl y de María Inmaculada.

Otro momento espectacular se produjo en el Tránsito de Santa Bárbara cuando la cuadrilla sorteó las esquina con «revirás» y superó de rodillas el arco. Con mucha devoción y sin tener que usar las protecciones para resguardar las imágenes de la lluvia, los Estudiantes llegaron a la capilla del edificio histórico. Allí, el Jesús de la Sentencia ya aguarda para volver a salir a la calle el Viernes Santo a medianoche, en la procesión de La Madrugá.

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