El Ballet Nacional de Cuba, más prodigioso que los molinos

La agrupación deslumbra en el Campoamor en su primera función, un "Don Quijote" con Oviedo Filarmonía como fiel escudero

Un momento de la representación de ayer en el Campoamor.

Un momento de la representación de ayer en el Campoamor. / Irma Collín

Gonzalo García-Conde

Gonzalo García-Conde

El Festival de Danza de Oviedo vivió una noche memorable con la presentación de la versión de "Don Quijote" del Ballet Nacional de Cuba, la compañía que nació con la divina Alicia Alonso y que es desde entonces referencia contemporánea internacional.

Un público bullicioso, muy motivado, más heterogéneo que nunca en cuanto a rango de edades y estrato social, pero abiertamente femenino en un porcentaje abrumador, acompañó con aplausos espontáneos toda la función, pero acabó estallando en bravos en el tercer acto para terminar parcialmente en pie, pero unánimemente entusiasmado.

La compañía dirigida por la asturiana de adopción Viengsay Valdés demostró por qué la escuela cubana tiene ese prestigio internacional.

Con una puesta en escena muy sencilla, imágenes proyectadas de cualquier lugar de La Mancha de nombre olvidado voluntariamente, y vestuario de influencia goyesca, el foco de atención cayó absolutamente en la delicada y exquisita técnica de los bailarines, maridada con la pasión caribeña que caracteriza a la compañía en su adaptación de la coreografía de Petipa.

La partitura de Ludwig Minkus, salpicada de pinceladas de folclore nacional, fue espléndidamente interpretada por una orquesta Oviedo Filarmonia muy solvente bajo la dirección rotunda, a la par que generosa, de Idagel Marquetti.

Los desvaríos del ingenioso Hidalgo quedaron en el ánimo de los asistentes. Ese "Don Quijote" al que la realidad se le vuelve una auténtica pesadilla, y por eso prefiere soñar. Es lo sublime que tiene el ballet, esa delicadeza que esconde tantas horas de esfuerzo, de renuncia y de sufrimiento nos transportaron a lo más gozoso de sus sueños.

Así de misterioso es el arte. Y así de prodigioso.

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