El colegio Santo Domingo, por amor al arte

El centro inaugura una sala de exposiciones, con obras de los alumnos, dentro de su proyecto para el Bachillerato artístico

A la derecha, una de las obras de la nueva sala de exposiciones, inaugurada ayer.

A la derecha, una de las obras de la nueva sala de exposiciones, inaugurada ayer. / Fernando Rodríguez

El colegio Santo Domingo de Guzmán FESD de Oviedo dedica un espacio al arte. Desde ayer cuenta con una sala de exposiciones abierta a las creaciones de los alumnos. Los estudiantes de todas las etapas educativas del centro de la Fundación Educativa Santo Domingo, desde Infantil a Bachillerato, han participado "en un proyecto interdisciplinar, con diferentes sesiones en varias asignaturas", que ha desembocado en la inauguración de la sala de exposiciones, aseguró la directora general del colegio, Sara Bárcena.

Obras con el color blanco como protagonista y en las que se utilizó escayola, una pequeña silla con un mensaje -"Todo lo que di por sentado se puso en pie y se fue"- o esculturas hechas con envases de huevos conforman la primera de las exposiciones. "Los mundos invisibles" es el título de la muestra colgada en la última planta del edificio y que ayer fue mostrada a las familias que acudieron a una de las jornadas de puertas abiertas organizada por el centro.

El espacio dedicado al arte en el colegio Santo Domingo de Guzmán (Dominicos) no es temporal. La sala acogerá más muestras y se convertirá en un "punto de encuentro", enmarcado en el proyecto de puesta en marcha del bachillerato de Artes Plásticas, Imagen y Diseño en el centro.

El centro ha acondicionado una estancia, que era conocida como el "estudio" y a la que los alumnos acudían hace años para realizar los exámenes, para destinarla a clases de Bachillerato.

En primer término, a la derecha, Fátima Fernández se dirige a los visitantes, con Sara Bárcena, la directora del centro, detrás. | Fernando Rodríguez

En primer término, a la derecha, Fátima Fernández se dirige a los visitantes, con Sara Bárcena, la directora del centro, detrás. | Fernando Rodríguez / E. Peláez

"Fuimos transformando ese espacio poco a poco", aseguró Bárcena, que destaca las vistas a la Catedral. Fátima Fernández, profesora de Artes Plásticas en el colegio y coordinadora del proyecto, explicó a los asistentes el trabajo desarrollado, que culminó en la elaboración de las obras colgadas en las paredes de la sala de exposiciones.

No era la única información que tenían a su disposición sobre las creaciones de los pequeños artistas. En un folleto, repartido entre el público congregado, se ofrecían más datos sobre la exposición "Los mundos invisibles". "Te invitamos a sumergirte en el silencio del arte, donde las palabras se desvanecen y las emociones se comunican de otra manera", se podía leer en el pequeño catálogo.

La visita guiada ayer por el centro se inició, apuntó Bárcena, "con la palabra, le siguió la imagen y terminó con la música", con una actuación en el claustro de una soprano y un tenor, familiares de un alumno del colegio. El taller de escritura creativa, que se imparte desde hace dos años, fue la primera parada en el recorrido. "Se inscriben alumnos tanto de letras como de ciencias y llevamos a escritores y personas destacadas en el panorama cultural asturiano”, indicó la directora general del centro, que mostró las antiguas máquinas de escribir restauradas. Posteriormente la visita se dirigió a la nueva aula de Bachillerato y a la sala de exposiciones.

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