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La mar de Oviedo

Cistierna

Cistierna es la puerta de León para Picos de Europa, localidad y municipio defendidos por Peñacorada y atravesados por el Esla; a ellos debe el agua que recoge en su nombre: Cistierna. El lunes recorrí el lugar, guiado por José María Canal Recio, y terminé con un café en la magnífica terraza del Hotel Esla; su gerente, Francisco González Moreno, me mostró el restaurante, lo que se cuece en la cocina, mucho y bueno, el spa y las habitaciones, con nombre propio, en memoria de los pueblos anegados por el pantano de Riaño: Anciles, La Puerta, Pedrosa del Rey, Pedrosa de la Reina, Éscaro, Salio, Riaño y Burón, hundido parcialmente; no anoté si estaban Huelde y Vegacerneja. ¿Qué agua soñará uno si duerme en el Hotel Esla?, ¿la de la vida?, ¿la de la luz?, ¿soñará con su yo más profundo? Cuando regresé a Oviedo, por Riaño, y vi ondas concéntricas en la superficie del pantano, me dije: latidos de corazones.

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