La participación ciudadana en Oviedo, aunque se empeñen, no la ha inventado Ana Taboada.

Es verdad que Somos ha triplicado su presupuesto sin ofrecer resultados, y se esfuerza en acometer gastos escandalosos con poca luz y menos taquígrafos premiando a quienes se encargan de dar propaganda a sus acciones. Pero no es cierto que haya más participación ciudadana. Las decenas de miles de ovetenses que han visto sus calles cambiar de nombre sin que nadie les haya preguntado nada, saben que no es cierto. Quienes creen que los Premios Princesa son un bien para Oviedo y Asturias, o que la cultura es un valor carbayón, saben que no es cierto. Nadie les ha escuchado.

Desde que denuncié tanto el brutal y turbio incremento presupuestario en el área de la señora Taboada, como los gastos de mil euros en treinta segundos, me han llovido los insultos y descalificaciones. Rosón quiso quitarme el grado y máster universitario y 12 años de cotización a la seguridad social fuera de la política. Bermejo quiere quitarme la independencia o el raciocinio para trabajar por todos los ovetenses, representándoles en todos los actos que pueda.

Estuve en la jornada de la "Y" por la que Somos pagó diez mil euros en un contrato con plazo de ejecución de un día. Por eso puedo criticar con fundamento el coste de una iniciativa que obligó a vecinos que querían salir de la ciudad, y visitantes que querían entrar, a dar rodeos y padecer molestias. Suelo acudir a todos los actos que puedo y que tienen que ver con lo que afecta a los ovetenses, algo que no practican igual quienes me atacan. Les verán en sus talleres y milongas, con sus asociaciones o colectivos, pero no pisando un milímetro más allá, donde está la inmensa mayoría que ni les votó, ni quería un gobierno de Somos enmascarado en un tripartito que día a día demuestra ser más sectario, y sentir menos vergüenza por ello.

Isabel Bermejo, que no dudo que sea una experta y docta lectora y que goza de una deslumbrante sabiduría, buen trato y educadísimo tono de conversación (dicho sea todo ello con la ironía más pronunciada), me recomienda leer algo sobre participación para no caer en la crítica fácil. Quizás sean ellos quienes deban leer más y mejor, después de ver las chapuzas que están haciendo y el dinero que están despilfarrando con gran insolencia y soberbia.

Por lo demás, de lo verdaderamente preocupante, no han negado nada. Ni el desmesurado incremento del presupuesto, ni los gastos, ni que siempre recaigan en personas o colectivos próximos. Quieren desviar la atención, afirmando que al PP de Oviedo no nos gusta la participación ciudadana. Es mentira. Otra mentira. No nos gusta que se pervierta ese concepto y se utilice para engordar las cuentas corrientes del entorno ideológico. No nos gusta que no se respeten las decisiones de los ciudadanos si no sale lo que ellos quieren, como ya ha habido casos, y no nos van a callar con insultos, descalificaciones, ni mentiras.

Y como cada vez que no tienen más que decir, vuelven a hablar de Villa Magdalena y el Palacio de Exposiciones y Congresos y de las sentencias judiciales que les afectan, insinuando que hubo actuaciones irregulares y que estas sentencian impiden cualquier inversión en Oviedo. Falso. Ya ha habido sentencias judiciales que avalan que los trámites realizados por las corporaciones anteriores -por cierto, en ellas no figuraba Agustín Iglesias Caunedo- para desarrollar estos proyectos se ajustaron a la legalidad, y son proyectos que están ahí a disposición de los ovetenses. Es cierto que se han producido reveses judiciales, pero también lo es que gracias a la excelente gestión de Agustín Iglesias Caunedo, la situación financiera del ayuntamiento permite afrontarlos sin que ello afecte al ritmo normal de inversiones que Oviedo necesita. Y hay una realidad palmaria: sólo han ejecutado un 10 por ciento del presupuesto y eso sin tener que pagar ni un solo euro de esas sentencias. Es decir: es mentira que sean esas sentencias las que impidan realizar obras para mejorar nuestras calles o ejecutar todos los proyectos pendientes.

Señoras y señores del tripartito, es su turno, gobiernen, gestionen y déjense de hacer oposición al pasado. Los ovetenses queremos futuro.