Veracruz en busca de Oviedo

El refuerzo de la relación entre la capital asturiana y la ciudad mexicana

Carlos Cuesta

Carlos Cuesta

La bella ciudad portuaria de Veracruz, en el golfo de México, quiere seguir manteniendo los lazos de unión afectiva y social con Oviedo. La relación se afianzó en 2004, en tiempos de Alcaldía de Gabino de Lorenzo, quien impulsó esa honorable propuesta de hermanamiento. Ahora, la Corporación municipal de Veracruz quiere retomar ese momento para seguir manteniendo el vínculo entre ambas ciudades a ambos lados del Atlántico. Actualmente está firmado ese refrendo pero apenas existe contacto real y directo con la capital del Principado. Así pues y en relación de plática amena con la alcaldesa "jarocha", Patricia Lobeira, y el arquitecto jefe de la municipalidad veracruzana, Luis Campa, oriundo de Avilés, las tornas han tomado mejor situación y todo parece indicar que ese hermanamiento ciudadano necesita más intención, apoyo y realidad. Sabedor de este hecho, el vicealcalde de Oviedo Ignacio Cuesta, el entusiasmo no se hizo esperar y el apoyo incondicional fue total, circunstancia que servirá para retomar esa presencia intensa de dos urbes que se necesitan y que a buen seguro conllevará acciones de entendimiento, entrega y verdad.

Una ciudad, Veracruz, con un puerto marítimo destacado que atrae un movimiento de graneles, contenedores y personas que supone el de mayor importancia de la república mexicana junto al de Manzanillo en el Pacífico. Los españoles exiliados y los emigrantes a este Nuevo Mundo –el virreinato de la Nueva España– bien lo saben. Y muchos asturianos residentes en esta bella urbe mexicana, donde los negocios de hostelería, hotelería, panadería, abarrotes, cuero y cantinas, marcan el devenir de una cotidianidad próspera y reconocida.

Hay gusto y entusiasmo por recuperar la unión sentida de dos ciudades con historia que no quieren perder sus vínculos de una ligadura de acción y reconocimiento. La Villa Rica de la Vera Cruz, fundada por Hernán Cortés en el siglo XVI y sus marineros, la mayoría de ellos procedentes del barrio de Sanlúcar de Barrameda, La Jara, en la desembocadura del Guadalquivir. De ahí viene el gentilicio de las gentes del puerto de Veracruz llamados "jarochos". Una historia impresionante de coraje, bravura y epopeya que ha dejado huella indeleble en los habitantes de estos entornos de ánimo, esfuerzo, sentimiento y pasión por España, todo ello reflejado en sus costumbres cotidianas, en su riqueza idiomática, en su cultura, en sus bailes, en su gastronomía y en esa historia ancestral de raíz, ejemplo y sabiduría.

Y Veracruz sigue pensando en Oviedo y en alcanzar de nuevo ese nexo de unión histórica para fortalecer las relaciones amistosas y culturales tan necesarias en estos tiempos de incertidumbre, complejos y convulsos. La alcaldesa Patricia Lobeira reciente en el cargo y con óptimas ideas de renovación urbanística en el casco antiguo, me señaló la completa disposición de llevar a efecto esa confraternización y lograr la autenticidad de hermanazgo y avenencia. Luis Campa remató con ilusión las palabras sentidas de su alcaldesa. Entre gaitas, aires del Prerrománico, la Catedral gótica, el parque de San Francisco, la Universidad y la comida del Desarme de Oviedo, junto al viejo malecón veracruzano, las marimbas de la tarde en el zócalo bullicioso y colonial, los camarones de la palapa de Amada en la Isla del Amor, el renacido Hotel Imperial, la vieja "bamba" bailona, el mezcal de disfrute con la sal rosa de gusano de maguey y el folklórico danzón de fin de semana, el dichoso y deseado hermanamiento pronto estará en los papeles para su rúbrica benefactora. A Alfredo Canteli pienso que le encantará esta afecta y magnánima propuesta protocolaria. Veracruz y Oviedo con trasfondo de pasión, turismo y película.

Suscríbete para seguir leyendo