José Fernández, David Fernández, Borja Gómez y Peña forman una línea de cuatro. En la portería, Esteban. Con petos, haciendo de laterales en ataque, por la derecha Diegui Johannesson y por la izquierda Varela. Entre los centrales, también con peto, Verdés. La voz cantante la lleva Julián Calero, el segundo entrenador, pero el visto bueno al ejercicio defensivo que entrena el Oviedo en El Requexón lo tiene que dar Hierro. Hasta que eso ocurre no se sigue repitiendo.

El resto del equipo está haciendo un ejercicio diferente en el otro área mientras los dos entrenadores se concentran en corregir al milímetro la posición que debe ocupar cada uno de los componentes de la zaga en una simulación de una acción que se puede dar durante un partido: un pase largo que llega a uno de los dos laterales. Calero y Hierro les explicaron cómo quieren que salgan a presionar al contrario, subiendo todos juntos y en línea, como si tratara de la defensa de un equipo de rugby. Hasta que el ejercicio no sale perfecto Hierro no lo da por concluido.

Una vez acabado, el entrenador azul comenta lo que acaban de hacer con dos de los centrales del equipo, Borja Gómez y David Fernández. Se le ve satisfecho con lo que acaba de ver y trata de convencer a David Fernández de que defendiendo así se deja muy poco margen al ataque del rival.

El entrenamiento de ayer por la mañana en El Requexón fue largo, intenso, con un Julián Calero hiperactivo y un Hierro que tampoco dudaba en coger el balón y mostrar él mismo sobre el campo lo que quería de sus jugadores. Es natural que Fernando Hierro, uno de los centrales con más currículum del fútbol español, se fije especialmente en lo que hace la defensa. Es el terreno que mejor conoce, sabe cómo deben colocarse los jugadores para no hacer aguas en una faceta del juego fundamental y quiere que una de las señas de identidad del primer equipo que dirige sea precisamente esa: la solidez y la buena colocación defensiva.

Algo que parece que está consiguiendo. En los partidos que van de pretemporada, al Oviedo le está costando hacer gol. Al margen de los seis que le endosó al filial (6-1) en la primera prueba de pretemporada, los azules tan solo han conseguido marcar un gol, el que hizo Rocha desde el centro del campo en la derrota (2-1) ante el Lealtad en Les Caleyes. Por el contrario se están mostrando bastante sólidos en defensa. En el partido que empataron sin goles ante la selección AFE en Avilés, el Oviedo no sólo no recibió ningún tanto si no que además apenas concedió ocasiones de gol a su rival. Frente al Deportivo, equipo de Primera, los azules se mantuvieron sólidos en la primera mitad y tan solo en la segunda el conjunto gallego consiguió superar el muro que les había colocado el Oviedo.

Insistir en el trabajo defensivo fue una de las prioridades ayer de una sesión que tuvo también una ausencia notable. Edu Bedia, uno de los jugadores que más en forma estaba rindiendo esta pretemporada, se perdió la sesión por unas molestias físicas. Tampoco se ejercitó con el resto de sus compañeros Jorge Ortiz, jugador que aún no ha podido jugar ninguno de los partidos que llevan disputados los azules en esta pretemporada y que podría perderse también el del sábado ante la Cultural Leonesa.