Siempre que se recuerde esa tarde de abril en el Rodríguez López, sol imponente y 17.000 aficionados en la grada, el nombre de Pérez Pallas saltara inevitablemente al primer plano. El penalti señalado a los 15 minutos ante la incredulidad general, las explicaciones a dicha infracción y su conducta errática a lo largo de los 90 minutos le convierten en protagonista. Justo lo que no deseaba Fernando Hierro, decidido a subrayar el buen papel de los suyos durante los 90 minutos y tratar de abandonar al árbitro en un segundo plano. Por eso la lectura del vestuario trata de obviar el nombre de moda. Por eso trata de centrarse en las cosas bien hechas.

El Oviedo, de puertas hacia adentro, intenta borrar el nombre de Pérez Pallas y afrontar el futuro con un punto más de optimismo. Porque lo de Tenerife deja muchas conclusiones para creer en el equipo.

El aspecto de la tabla es menos sugerente que hace una semana. La tercera derrota consecutiva del Girona no fue aprovechada por los azules para situarse un poco más cerca y añadir ilusión a la caza del segundo puesto. El séptimo, el Huesca, está un pasito, un punto tras su empate ante el Getafe, más cerca. Los números no han mejorado pero sí lo han hecho las sensaciones. Nada más terminar el partido, Hierro enarboló el discurso del "mejor Oviedo de la temporada a domicilio" y la plantilla se agarra a esa visión para soñar con un futuro inmediato más prometedor.

"Creo que en eso (en lo del mejor Oviedo fuera) coincidimos todos", indica Erice, que enumera las virtudes de los suyos sobre el Rodríguez López: "El equipo fue rocoso de principio a fin, llegamos arriba, jugamos con un punta pero contamos con mucha llegada desde la segunda línea, conseguimos rematar con frecuencia a puerta y sacaron un par de balones en la raya de gol. Han sido muchas cosas bien hechas que no nos sirven para puntuar, pero sí de cara al futuro". Saúl Berjón se suma a los de vaso medio lleno: "Mucha gente tenía dudas de si este equipo sabía jugar fuera de casa y el partido de Tenerife demuestra que sí somos capaces. Plantamos cara a un buen equipo y pese al resultado en contra reaccionamos bien. Fuimos capaces de anularles, solo tiraron una vez a puerta: eso habla del partido que hicimos", interviene Saúl Berjón.

Pasó con nota la prueba las novedades tácticas introducidas por Hierro desde el inicio. El técnico temía el juego por dentro de los chicharreros, esa capacidad para combinar por el centro y buscar en largo a Amath, su explosivo punta. Con ese fin introdujo a David Rocha en la derecha. En realidad, el extremeño solo actuó como extremo en la pizarra. Su misión principal era acercarse a los dos pivotes para crear superioridades en la medular. Como efecto secundario, Susaeta se vio liberado para desplazarse al medio y actuar como enlace entre los medios y Toché. Rocha y Susaeta, las dos piezas reubicadas, fueron dos de los destacados.

Gustó el juego del equipo y gustó especialmente ante las circunstancias en las que se dio. Fue en un estadio con más de 17.000 espectadores, ante un rival directo por el ascenso. Un día importante. Hierro no lo quiso decir claramente pero sonó a ensayo de cara al play-off. "Otros días hemos sacado resultados con mucho menos. Parecía un partido de play-off, por el ambiente y el nivel de los equipos, y eso nos da la serenidad de saber que estamos preparados para ese tipo de partidos", señala Erice. "En una competición como esta es muy importante terminar bien. Quedan diez partidos muy importantes y hay que llegar bien de moral al final de la campaña", asevera Berjón.