El deseo del futbolista siempre es clave en un cambio de aires. Pero hay circunstancias en las que la insistencia del jugador es la que provoca el cambio. Es el caso de José María Angresola, más conocido en el mundo del fútbol como Mossa, un lateral izquierdo de vocación ofensiva que a sus 28 años decidió que su vida futbolística debía dar un giro. "Necesitaba un cambio de aires", comenta con naturalidad en la sala de prensa del Carlos Tartiere, donde se produce su presentación ante los medios." Entiendo que ha finalizado una etapa para mí y el Oviedo me ofrece el camino que quiero seguir"", añadió el ex del Nàstic.

Junto al futbolista apareció en el escenario César Martín, como es habitual durante todo el mercado de fichajes. Martín González es el que lleva el peso de las operaciones y Joaquín Del Olmo el que da el visto bueno. Ambos, secretario técnico y asesor, permanecen estos meses en un discreto segundo plano. "Mossa está aquí porque él lo ha querido. Le agradecemos su esfuerzo por jugar en el Oviedo. Tiene una gran trayectoria, es un jugador consolidado en Segunda y depositamos en él muchas esperanzas", analizó César, el responsable de relaciones institucionales del Oviedo. También César subrayó el papel del lateral durante unas negociaciones que no han sido sencillas. El Oviedo alcanzó un acuerdo con el defensa hace más de una semana, pero su llegada debía salvar un último obstáculo de entidad: que el Nàstic diera el visto bueno. El club catalán entendía la postura de su futbolista, que quería salir para crecer tras tres años en Tarragona, pero no quería dejarlo salir gratis. Pedía una compensación.

El propio jugador, que inició la pretemporada a las órdenes de Carreras aunque sin participar en los amistosos, explicó públicamente que su deseo era salir. Así lo había hecho saber internamente al Nástic. Sólo quedaba alcanzar un acuerdo económico para su salida. Algo que se ha producido en los últimos días, con las facilidades puestas por el futbolista. El Nàstic habla de "traspaso" en su web pero ninguna de las partes ha cifrado la cuantía.

Mossa, ahora sí, respira tranquilo en su nuevo entorno. "Me motiva jugar en un club como el Oviedo, que tiene un prestigio impresionante. El Tartiere es un campo que impone, con una afición que aprieta y que no lo pone sencillo cuando eres visitantes. Como local es un factor importante", pronunció en sus primeras reflexiones como azul. "Estoy aquí para hacer lo que me pida Anquela. Soy un futbolista de rendimiento y de sacrificio. Puedo estar acertado o no, pero voy a dar todo lo que esté en mi mano", cerró su intervención el defensa.

Como no había tiempo que perder, tras sus primeras palabras y fotos con el público congregado en el Tartiere, Mossa se puso las botas y completó su primera sesión a las órdenes de Anquela. Fue una simple toma de contacto de cara a una intensa pretemporada que para el lateral comienza hoy.