Que a los delanteros del Oviedo les cueste el gol no quiere decir que al Oviedo le falte gol. A saber: sólo cuatro equipos de toda la categoría (Rayo, Sporting, Valladolid y Tenerife) han marcado más que los azules en lo que va de temporada (44). El equipo de Anquela lleva las mismas dianas que el Granada y el Huesca y más que 15 conjuntos. La estadística, pues, desmiente el sambenito de equipo defensivo con el que carga el técnico jienense, reforzado por el debate del delantero que acompaña al equipo esta temporada, mal resuelto en verano y parece que también en invierno, a la espera de noticias sobre la capacidad del colombiano Olmes, fuera de juego por lesión desde hace seis semanas.

Sucede que el equipo, fiel reflejo de su entrenador, se adapta a las circunstancias. Y como los delanteros no acaparan el gol, asunto muy poco habitual, pues el gol se reparte. El último en sumarse a la lista, en Córdoba, fue Fabbrini, convertido en el décimo tercer jugador en anotar esta temporada: seis defensores (Carlos -6-, Diegui -2-, Forlín -2-, Christian Fernández -2-, Mossa -2- y Cotugno -1-), seis atacantes (Toché -6-, Linares -5-, Berjón -5-, Ñíguez -5-, Fabbrini -1- y Steven -1-) y un solo centrocampista (Rocha -3-).

Los atacantes del Oviedo, contando como atacantes a jugadores de claro perfil ofensivo o mediapuntas como Berjón, Ñíguez o Fabbrini, suman en total 23 goles, sólo ocho más de los que cuentan los defensores (15). Que el gol es cosa de todos en el Oviedo lo resume un dato clarificador: Toché y Carlos Hernández, ariete y central, comparten el trono de pichichi de la plantilla (6 tantos). De los equipos candidatos que se acuestan en la zona alta de la clasificación, sólo los arietes del Cádiz empeoran la cifra anotadora de los azules.

Aquí es justo tener en cuenta un detalle que exculpa en parte a los delanteros del Oviedo, que tiene que ver con los patrones impuestos por Anquela: la implicación de los arietes carbayones en las labores defensivas son siempre innegociables, muchas veces prioritarias, lo que en ocasiones puede mermar la frescura que necesita un nueve de cara a gol. Además, por ejemplo en el caso de Toché, las lesiones han contribuido a desgastar su pólvora, fiable estos años atrás. También en la de Fabbrini, apartado mucho tiempo, o la de Olmes.

A falta de diez jornadas y con el pelotón furando, el Oviedo espera que mejore la contribución goleadora de sus delanteros para garantizar pelea hasta el final.