El primer partido de la temporada del Oviedo terminó en cierta decepción para los 13.315 espectadores que llenaron las gradas en el estadio azul, una gran entrada, teniendo en cuenta el mes de agosto y el día caluroso que lució en toda Asturias. La decepción de la afición azul vino más por el bajón final del resultado que por las propias sensaciones en el partido, donde se vio un Oviedo superior al Extremadura (alrededor de un centenar de aficionados de Almendralejo), que en varios momentos del juego agradó a la parroquia azul.

El partido comenzó enrarecido para la afición. Los oviedistas del Fondo Norte, donde está Symmachiarii, el sector más animoso del Tartiere, no entraron al estadio hasta el minuto 25 de partido. La razón se debe a la huella dactilar que deben presentar de forma obligatoria desde este año los oviedistas que se ubican en esa zona del estadio. El sistema de identificación no funcionó de forma correcta, según dijeron varios integrantes del Fondo, y los oviedistas tuvieron que ir a la taquilla 34, en la otra punta del estadio, para solicitar una entrada. De ahí el largo retraso. Los pocos aficionados del Fondo Norte que habían logrado entrar a tiempo se retiraron de la grada quedándose en los pasillos y no animaron al Oviedo en señal de protesta hasta que no entraron el resto de hincas. Se notó mucho en el Tartiere el tiempo en el que el Fondo Norte no estuvo, con el estadio bastante más silencioso de lo que suele ser habitual. En el "25" entraron la mayoría de integrantes y los cánticos volvieron a la normalidad, pero la pancarta de Symmachiarrii no lució en todo el partido. A la salida del estadio los aficionados del Oviedo se lamentaban por no haber conseguido la primera victoria en casa: "Jugamos bien e hicimos ocasiones, pero nos faltó un plus para hacer otro gol", decía Felipe Álvarez.