Un año y cinco meses después de su llegada, Aarón Ñíguez se va del Oviedo para jugar en el Johorn Souther Tigers de Malasia. El extremo ilicitano dejó de pertenecer oficialmente al club ayer, pero el paulatino distanciamiento entre las dos partes viene de bastante antes. La desvinculación, sellada el sábado antes del derbi, lleva trabajándose varias semanas y se aceleró después del partido en Riazor. Ñíguez tenía contrato hasta el próximo mes de junio, pero la operación no tendrá coste para el Oviedo, según precisó ayer el club, que ya tiene planes para cubrir su salida. A día de hoy, la idea más valorada en la entidad azul es apostar por la incorporación en el próximo mercado invernal de un jugador para la media punta, para el que ya hay candidatos, y optar por reforzar el carril derecho subiendo del filial a Lucas Ahijado, canterano, 23 años, lateral con vocación muy ofensiva (jugó mucho tiempo de extremo) que es fijo para Javi Rozada en el Vetusta. Lucas pasaría a formar parte de la plantilla de Anquela para competir con Diegui Johannesson.

La jornada de ayer fue feliz para el oviedismo. Tocaba saborear el triunfo en el derbi. "Los derbis no se juegan, se luchan y se ganan", escribió en Instagram, al poco de concluir el partido, Aarón Ñíguez (Elche, 29 años). El mensaje lo adjuntó con una fotografía de los futbolistas azules celebrando la victoria desde el centro del campo. En ese momento, sábado por la noche, con el oviedismo de celebración, Ñíguez ya era un jugador libre y se había despedido de sus compañeros. Horas antes del inicio del partido frente al Sporting había sellado su desvinculación del club azul, con el que tenía contrato hasta el próximo mes de junio.

La rescisión fue pactada y largamente buscada. El sábado se terminó de cerrar, pero hace tiempo que en el club eran conscientes de que Aarón no iba a terminar la temporada.

Las razones de su salida son variadas pero tienen que ver, según distintas fuentes, con la decreciente implicación en el equipo mostrada en los últimos tiempos por el futbolista y su constatable distanciamiento con el vestuario. Todo se aceleró la pasada semana tras el duelo de Riazor. El día que el equipo cosechó una de sus derrota más duras, frente al Deportivo de La Coruña (4-0), y a las puertas del derbi, el ilicitano se encontraba en Madrid.

El episodio no gustó y se sumó a otros que se fueron acumulando en los últimos meses. Ñíguez, contrariado también por la falta de minutos en el equipo, fue dejando de hacer grupo con sus compañeros y de sumarse a ciertos planes conjuntos. Parte del vestuario azul hace tiempo que considera que el futbolista no estaba a gusto en el equipo ni en la ciudad. El día del partido ante el Mallorca, hace tres semanas, salió de la convocatoria de forma precipitada. La versión oficial fue una gastroenteritis. La extraoficial, que él mismo pidió a Anquela no jugar por un asunto personal. Además, también había dudas sobre sus quehaceres diarios en el ámbito personal, aireados por él mismo con asiduidad en sus redes sociales, como su reconocida pasión por el surf.

La caída de Aarón en el Oviedo fue brusca. Su incorporación ilusionó en verano de 2017. Fue titular indiscutible la temporada pasada: 35 partidos jugados, cinco goles. Su rendimiento bajó en la segunda vuelta y no mejoró este curso, donde sólo ha disputado un partido de titular: frente al Rayo Majadahonda. Ahora, Ñíguez sale del Oviedo y busca destino. Si hubiera acabado en un equipo español, el Oviedo debería haber recibido una compensación. Su destino será Malasia, como confirmó el jugador esta misma mañana. "Ha sido un placer y un orgullo pertenecer a este increíble club", se despidió ayer, y agradeció a todos el trato. "A esta magnífica afición decirles que no cambien su pasión por su escudo", terminó.