La imagen no es sencilla de ver en ningún campo. El fútbol es ese arte resultadista. Cuando a Nereo Champagne se le escurrió el balón de las manos, el Tartiere enmudeció. Era el epílogo más cruel a una jornada festiva, aniversario del club, que había estado muy cerca de traer una vital victoria que acercaba al equipo al play-off. Pero la acción del meta condicionó la tarde. Superado el mal trago inicial, la afición respondió con un cántico al unísono: "¡Nereo! ¡Nereo!". El grito se repitió cuando los futbolistas se retiraron a los vestuarios.

Fue el síntoma más evidente de que la afición, a veces, sabe premiar a sus futbolistas por encima de errores puntuales. La actitud de la grada del Tartiere tuvo continuidad minutos después en la zona mixta, por donde pasaron Saúl Berjón e Ibrahima. "A veces falla el portero y otras un delantero. Creo que ha tenido mala suerte y que el césped le ha jugado una mala pasada. No hay que darle más vueltas. Estamos preparados para estas cosas, y en este vestuario estamos unidos. Champagne no va a bajar los brazos", indicó Saúl Berjón sobre su compañero. Ibrahima abundó en la idea: "Nereo está haciendo una gran temporada, nos está salvando. El 'Flaco' ha tenido mala suerte, pero es el fútbol. A veces saca unos balones que parecen gol y hoy - por ayer- le ha tocado tener mala suerte". Berjón cerró la defensa del guardameta: "Champagne tiene una personalidad muy marcada. El futbolista, en general es fuerte desde el punto de vista psicológico. Nereo es un tío fuerte y seguirá demostrando el porterazo que es".