El enfado con los árbitros del Oviedo creció de forma significativa tras el choque de ayer en Almería. La acción en la que el colegiado del encuentro, Oliver De la Fuente Ramos, decretó penalti desató las iras del oviedismo. Arcediano Monescillo, al frente del VAR, no rectificó el criterio de su compañero y Darwin anotó el 1-0 que cambió por completo el choque. Arribas, protagonista involuntario de la acción fue claro al final del choque: “Entiendo que el árbitro se pueda equivocar, pero lo mínimo es ir a verla. No lo he entendido, se lo dices y se ríe y es frustrante. No le dan importancia, parece que les da igual. Nosotros nos jugamos la vida y se ríen en nuestra cara".

La declaración del central es la más dura con el estamento arbitral de las últimas horas. El Oviedo no se ha manifestado públicamente y Rozada optó por un perfil más bajo que en anteriores ocasiones. El club cree que la acción se suma a lo vivido en Santander (posible penalti a Ibra) o contra el Cádiz (agresión de Fali sin sancionar) y Málaga (caída de Sangalli en el último minuto).

En la mañana de hoy, De la Fuente Ramos ha regresado de Almería a Madrid, acompañado en el vuelo por el vicepresidente del comité técnico de árbitros, el almeriense David Fernández Borbalán.

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