Entre líneas

Ganar, ganar y volver a ganar

Sobre el partido del Oviedo en Alcorcón y las diez finales que le quedan a los azules

Julio Llanos

Julio Llanos

El momento con más dificultades de la etapa Carrión es sin duda el presente, las derrotas llegan con mayor asiduidad de lo acostumbrado y en algún que otro partido los azules no dieron buenas señales. Todos los equipos pasan por rachas negativas y el nuestro también, aunque hubo quien se sentía ajeno a ellas.

El objetivo sigue estando al alcance de la mano, pero hay que ir a por el con personalidad, atrevimiento y valentía, conscientes de que tenemos un muy buen equipo, similar no obstante a otra media docena de plantillas y la determinación en la búsqueda del objetivo resultará decisiva. Y precisamente esto, determinación, fue lo que faltó en Alcorcón. Un primer tiempo insulso y sin ritmo, algo mejor en la reanudación, con dos goles anulados por un palmo y más presencia en área rival. Pero dejar los deberes para las segundas partes, asunto que se viene repitiendo, hace que cualquier golpe sea difícil de remediar porque el reloj ya juega su papel.

El equipo careció en la localidad madrileña de ese poder de reacción que tantos partidos nos ayudó a lo largo del curso. Mi confianza sigue intacta, porque cuando el equipo apenas perdía y practicaba buen fútbol sabía que llegarían los resultados no tan buenos y las no tan buenas dinámicas. Tampoco mi valoración de los futbolistas y del entrenador dependen de una dinámica más o menos buena. Se pasa con demasiada facilidad de ser la mejor plantilla de Segunda a otro año tirado a la basura.

Seamos sensatos, el objetivo no es fácil, como ninguno que sea muy ambicioso, y ascender lo es. Llega la semana de recordar la frase de Luis Aragonés en la que aseguraba que las ligas se deciden en los diez últimos partidos. Perogrullada de manual por su evidencia. El domingo celebraremos el cumpleaños del club, anciano, pero más vivo que nunca, en pleno crecimiento y superando situaciones más que críticas. Cumplamos con nuestra parte ¿Se va a arrugar el oviedismo de verdad estando a dos y cinco puntos de los objetivos? El enemigo está fuera, hagamos piña, sigamos soñando, hasta donde nos de la imaginación, hasta el último aliento. Que el Tartiere sea una caldera.

Que los protagonistas cumplan con su parte, conscientes de lo que hay en juego. Tienen mi confianza. A la vida, ponle ganas. Y a los sueños, dales alas. Vamos, Oviedo.