Los martes, al mercado de Salas: verduras, zapatillas y libros antiguos a la venta bajo la torre del castillo

Comerciantes de los pueblos salenses, de Pravia y hasta Villablino copan cada semana con sus puestos la plaza frente al Ayuntamiento

M. Isabel Fernández, vecina de Lorís (Villazón) con su balanza romana en el mercado de Salas

M. Isabel Fernández, vecina de Lorís (Villazón) con su balanza romana en el mercado de Salas / Á. R.

Ángela Rodríguez

Con un cierto cariz de zoco bajo la sombra de la imponente torre del castillo de los Valdés-Salas, el mercado semanal de Salas resiste. Ya fue más que es. Pero también sigue siendo punto de reunión de vecinos y vendedores de diferentes localidades. Cada martes, a primera hora comienzan a llegar las furgonetas y a instalarse los puestos, en la plaza del Ayuntamiento y los alrededores. De ropa, productos agroalimentarios, calzado… Cada uno tiene su espacio, en un casco urbano que acoge desde hace décadas la venta ambulante. 

“Yo venía con mi madre, cuando aún era muy pequeña. Y tengo ya 66 años.  Luego me mandaba a mí y llevo muchos años viniendo sola. Me gusta el trato directo y cercano con el cliente”, explica M. Isabel Fernández. Con su pequeño puesto de verduras de temporada, que cultiva ella misma, todavía pesa en romana los kilos de nueces o fabas. Las berzas y los puerros, por manojo. “Ayer todavía planté dos sacos de patatas”, asegura la vendedora de Lorís (Villazón). 

Una vecina se prueba ropa del puesto de Solar

Una vecina se prueba ropa en el puesto de Solar / Á. R.

“Vengo todo el año, igual falto dos días porque estoy mala, pero siempre vengo a este mercado. Este año, además, creo que la fiesta de la Virgen del Viso será en jueves, así que también voy a poder ir seguramente”, celebra. Con buen tiempo, como en agosto, el mercado tiene más afluencia de público de la que tenía la pasada mañana. “Aquí al lado en Tineo celebran hoy la Feria de San José, y se nota”, explicaba Alberto Solar, praviano que lleva diez años montando su puesto de ropa en Salas. 

En su primer día de venta en el mercado estaba ayer Daniel, que salió en torno a las siete de la mañana de Villablino. Desde allí trae productos artesanales como chorizos, salchichón, cecina, jamón y diferentes quesos, en un pequeño camión recién estrenado. 

Explica que su tío tiene otro, y entre los dos se apañan para recorrer los diferentes mercados de la zona: el Bierzo, Somiedo, Belmonte de Miranda, Pola de Lena, Ponferrada. “Me hablaron muy bien de Salas, y la verdad que la gente es muy amable”, asegura el vendedor de ‘El As del Jamón’.

Puestos del mercado en el lateral de la Iglesia

Puestos del mercado en el lateral de la Iglesia / Á. R.

Pocos metros separan su llamativo camioncito rojo de algunos de los puestos más típicos de los mercados en las plazas: los de zapatillas, pijamas, mandiles, edredones y ropa, en general, para el hogar. Enfrente, libros de segunda mano. Varios títulos por solo un par de euros. Un lujo no solo para lectores más ávidos sino también para coleccionistas. 

Ya más cerca del Castillo, el puesto de Frutas Villanueva fue ayer el último en cerrar. Los colores de sus frutas se complementan con el de las verduras de temporada que vende Souad Dahiri. No falta la miel, la ropa interior y hasta algún cuadro. En un mercado de cierta esencia medieval que cada martes cambia el tráfico, de coches y vecinos, en la villa de Salas.

El puesto de Frutas Villanueva junto a las 'letronas' de Salas

El puesto de Frutas Villanueva junto a las 'letronas' de Salas / Á. R.