“Debemos ayudar a las personas mayores a seguir siendo independientes y activas a medida que envejecen”

El mundo en el que vivimos es una mezcla de sensaciones de luz, olores, sonidos, gustos y experiencias táctiles variadas. Y está comprobado que controlando y dirigiendo estas sensaciones y estimulando los sentidos podemos mejorar el bienestar de la persona. Por ello, las aulas multisensoriales se han convertido en una herramienta cada vez más utilizada para la estimulación y terapia de niños, personas con discapacidad y, también, personas mayores. “Se trata de una sala acondicionada con estímulos sonoros, lumínicos y táctiles, entre otros, a través de los cuales los residentes experimentan sensaciones bajo nuestra supervisión y control”, explica Bárbara Mallada, terapeuta ocupacional de la residencia DomusVi La Florida, en Oviedo, donde hace unos meses comenzaron a utilizar este vanguardista espacio interactivo con muy buenos resultados.

“Con esta estimulación hemos conseguido que personas mayores con algún tipo de demencia o deterioro cognitivo, que ya no pueden colaborar en otro tipo de actividades, mejoren su capacidad de atención, estén más alerta, reduzcan la ansiedad… lo que redunda en beneficios para el desempeño de muchas actividades de la vida diaria”, nos cuenta. Un ejemplo concreto es, por ejemplo, el ejercicio que llevan a cabo en un sillón de reposo con unas fibras ópticas de luz y la tela de un dosel y que, han comprobado, “ayuda a controlar la agitación que algunos usuarios sienten al acostarse y taparse con la ropa de cama”.

Envejecimiento activo y atención personalizada

El objetivo de todo el equipo multidisciplinar que trabaja en la residencia DomusVi La Florida (terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, médico, animadores socioculturales, enfermeros, auxiliares de planta…)  es cuidar a las personas mayores en todas sus esferas, física, psicológica, emocional y social. Desde el departamento de Terapia Ocupacional lo hacen “utilizando la actividad de forma terapéutica para prevenir la aparición de enfermedades, fomentar la autonomía y, de este modo, mejorar su calidad de vida”, apunta Bárbara, dándonos más detalles sobre su profesión. “Debemos darnos cuenta de que vivimos en una sociedad cada vez más envejecida y que es necesario establecer planes para ayudar a que estas personas sigan siendo independientes y activas a medida que envejecen”, destaca.

Con la vista puesta en esta meta, tanto en la intervención multisensorial, como en el resto de programas que se llevan a cabo en la residencia DomusVi La Florida, se tienen muy en cuenta las necesidades particulares de la persona. A partir de ellas se estructuran los objetivos, se eligen y dirigen las terapias con cercanía y empatía. En consecuencia, “se brinda un modelo de atención centrado en la persona y completamente individualizado”, subraya la terapeuta ocupacional. Para ello, hay que “conocer el bagaje personal del residente, sus roles pasados, sus vivencias, gustos, preferencias… y hacer una evaluación exhaustiva de su situación. Pese a que el residente presente una determinada patología común en la vejez, no hay un programa de intervención general. Es decir, no hay un programa de intervención para el Alzheimer, por ejemplo, sino un programa de intervención para Pepe, que es enfermo de Alzheimer”.

Beneficios de la terapia ocupacional para personas mayores

En la residencia DomusVi La Florida el día empieza con un programa de Entrenamiento en Actividades Básicas de la Vida Diaria (vestido, aseo…) con carácter individual en las habitaciones de los residentes. Después, estas participan a nivel grupal en las actividades del proyecto Buenos días, que se realiza en colaboración con el departamento de fisioterapia. “Ellos hacen unas actividades de gerontogimnasia para activar cuerpo y nosotros hacemos una intervención a nivel cognitivo, trabajando de forma amena y agradable memoria, orientación, lenguaje, comunicación, cálculo…”, resume Bárbara. Además, en el centro cuentan también con un programa de psicomotricidad en el que los residentes con algún tipo de dependencia motora realizan de forma individual actividades orientadas a mejorar la coordinación manual, la destreza manipulativa, la movilidad de miembros superiores… “Si conseguimos que esa persona tenga mejor destreza manipulativa, podrá abrocharse los botones de su camisa solo y de este modo no solo le ayudamos a superar sus limitaciones sino también a mejorar su autoestima”, indica Bárbara.

Cuidar el bienestar emocional y la integración social

En este sentido, en la residencia se cuida también el bienestar emocional y la integración social de las personas mayores, manteniendo su vinculación con la institución y el resto de residentes, el entorno y sus familias. “En el plano lúdico se promueven actividades de ocio y tiempo libre. Además, el centro -que actualmente cuenta con unos 130 residentes- está distribuido en diferentes unidades de convivencia independientes en función de las capacidades de cada persona, para que las personas se sientan entre iguales, puedan compartir su tiempo, conversar…”, describe Bárbara. Igualmente, en las residencias DomusVi siempre es prioridad mantener el vínculo de las personas residentes con sus familias: “intentamos que tengan un papel bastante activo dentro del centro, que conozcan el tratamiento, las intervenciones que se llevan a cabo… En este momento está previsto retomar un proyecto que hacíamos antes del Covid, ‘Terapia ocupacional en familia’, en el que trabajábamos con el residente en presencia de un familiar de referencia, lo que favorecía su participación, le aportaba tranquilidad… y, al mismo tiempo, dotaba al familiar de nuevas herramientas y recursos para comunicarse con el residente”.  

En definitiva, el objetivo y lo que guía a todos los que forman parte de DomusVi La Florida es trabajar para que los residentes “se sientan en su casa” y velar por su bienestar con el respeto, el cariño y la seguridad que todas las personas mayores se merecen.