Firme apuesta por la investigación del Instituto Oftalmológico Fernández–Vega

Hace apenas un mes que el ranking MERCO, el más prestigioso en España en el ámbito sanitario, situaba –por segundo año consecutivo– al Instituto Oftalmológico Fernández–Vega como la entidad privada con mejor reputación en España, con base en una amplia encuesta llevada a cabo entre los diferentes agentes del sector. Sin duda ello es fruto del excelente desempeño de un equipo profesional que presta su servicio a más de cien mil pacientes todos los años y realiza cerca de diez mil cirugías.

Pero junto a esta actividad, conocida y reconocida en España e internacionalmente, el Instituto lleva a cabo otras cuya repercusión es menos inmediata, pero cuya trascendencia para dar respuesta a patologías oculares que aún carecen de ella, o esta es insuficiente, es de gran importancia.

Nos referimos a la investigación, pilar básico de sociedades avanzadas que persiguen un bienestar cada vez mas arraigado y en el que la salud ciudadana es fundamental.

El Instituto Fernandez–Vega, cuya práctica oftalmológica hunde sus raíces en las postrimerías del siglo XIX –cinco generaciones familiares desde entonces– ha desarrollado desde hace ya décadas importantes aspectos de investigación clínica, para lo que ha dispuesto del muy significativo banco de datos de sus decenas de miles de pacientes, y lo ha hecho, y lo sigue haciendo, con resultados tangibles. Pero no sería hasta hace años que, con el soporte de su práctica clínica, quirúrgica y de investigación citada, daría el salto al desarrollo de la básica, circunstancia ésta de la que existen, en el ámbito privado, apenas precedentes no solo en España sino incluso en Europa.

Para ello fue preciso complementar las dos fases iniciales del Instituto –de la primera hace ahora 25 años– dedicadas a consultas y cirugía, con otra nueva en la que se albergarían los distintos laboratorios y dependencias auxiliares capaces de dar eficaz soporte al trabajo de un equipo de investigadores que conjugaría el prestigio y la experiencia de quien cuenta ya con una amplia trayectoria en distintos campos de la investigación básica, con la de aquellos que, amparados en una exigente y excelente formación, dan los primeros pasos en un ejercicio profesional que exige la mayor dedicación.

El vehículo para canalizar esta iniciativa fue, y es, la Fundación de Investigación Oftalmológica –FIO– que recibirá sus principales apoyos dotacionales y profesionales del Instituto Fernandez–Vega, y contará también con el apoyo generoso de diversas entidades públicas y privadas.

La FIO se constituye con tres unidades básicas: genética del glaucoma, enfermedades neurodegenerativas y patologías de la superficie ocular, capítulos que ahora se verán enmarcados y reforzados en el acuerdo global suscrito con el Consejo superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para investigar la relación entre la alimentación y las enfermedades oculares. Y buena prueba de la firme apuesta llevada a cabo es que desde los inicios se contó con investigadores de primer orden, en algunos casos provenientes de las Universidades de Yale y Oxford, y de que pese a que se trata de un espacio de trabajo cuyos resultados son, por su propia naturaleza, inciertos, se han conseguido ya distintas patentes, sueros personalizados y múltiples artículos publicados en revistas de prestigio internacional en el área de la investigación.

En definitiva, una apuesta firme que exige continuidad, y abundantes recursos, para un camino al que se han sumado, entre otras, entidades de tanto prestigio como la Fundación Ramón Areces, la Fundación Rafael del Pino, la Fundación Telefónica, la Fundación Endesa y la Fundación BBVA. Más información en https://fio.fernandez-vega.com.