Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el pasado mes ha sido el sexto marzo más húmedo desde el comienzo de los registros.

La precipitación media en nuestro país ha sido de 104 mm, lo que supone un 223% del valor normal para un mes de marzo.

Sin embargo, la cosa no queda ahí.

Además de haber sido un mes húmedo, también ha sido muy poco soleado.

De acuerdo a las cifras aportadas por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), marzo de 2022 fue el mes menos soleado en España en los últimos 29 años.

Casi la mitad de sol que en un marzo normal

En total, según los datos se han registrado 127.5 horas de sol de media en España, lo que supone un 44% menos de lo normal".

Países europeos como Eslovenia, Dinamarca o Países Bajos, donde están acostumbrados a disfrutar de pocas horas de sol, anotaban entre 220 y 250 horas de sol de media, mientras España apenas registraba la mitad

"Escocia e Irlanda del Norte también superaron a nuestro país en horas de sol con 155 y 182,9 horas respectivamente. Valores que convirtieron el pasado mes en el marzo en el más soleado de la historia en ambas regiones".

Pero no sólo es un problema de tradición.

Esta situación tiene, sin duda, consecuencias directas en la salud de nuestra población.

El hecho de que las nubes no permitan la llegada de los rayos de sol influye, y mucho, en nuestro estado de ánimo.

Si no hay sol, no hay vitamina D

Es incuestionable que el gran perjudicado de la situación que acabamos de vivir en este mes de marzo es la vitamina D.

La vitamina D es un nutriente que no se encuentra de forma natural en muchos alimentos a excepción de leche y cereales fortificados (al que se le añaden artificialmente nutrientes), pescados grasos como el salmón o el atún, o la yema del huevo. 

Biel Aliño

El cuerpo produce vitamina D a través de la exposición directa a la luz solar y es fundamental para nuestro organismo, ya que es necesaria para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables.

"Esta vitamina D favorece la absorción intestinal del calcio de la dieta, y eso es esencial para tener una correcta salud de los huesos, además de mantener baja la parathormona (hormona que produce hipercalcemia, un aumento de la concentración de calcio en sangre), evitando así sus efectos negativos sobre el hueso", explica el doctor Óscar Torregrosa.

Esta vitamina, que es clave para un buen sistema esquelético...

"Reduce el riesgo de caídas en la población general y, especialmente, en los pacientes más mayores, disminuyendo así la probabilidad de fracturas".

El déficit de vitamina D aumenta el riesgo de osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad en la que el "hueso se vuelve más poroso" y, en consecuencia, aumenta el número de cavidades, por lo que se convierten en más frágiles y resisten menos a los golpes. "Las fracturas son, efectivamente, el síntoma y la principal consecuencia de esta enfermedad".

Y aunque la mayor incidencia de la osteoporosis se produce en ancianos, también afecta a personas con déficit de vitamina D. 

"Además de la osteoporosis de la menopausia y la del anciano, existen otras causas menos frecuentes de esta enfermedad que se presentan como consecuencia de:

  • Medicamentos
  • Enfermedades endocrinas
  • Algunos tóxicos
  • Enfermedades reumáticas inflamatorias
  • Enfermedades de la sangre
  • Enfermedades del hígado".

Pero, ¿existe algún tratamiento contra la osteoporosis?

La Sociedad Española de Medicina Interna (FESEMI) señala que en la actualidad la mayoría de los medicamentos no solo frenan la pérdida de hueso, sino que también pueden conseguir incrementos en su densidad. Y lo más importante, pueden reducir el número de fracturas. 

"Además del tratamiento, es importante ingresar en nuestro organismo una cantidad concreta de calcio que varía según la edad, el sexo y el riesgo de osteoporosis. Muchos adultos necesitarán de 1.000 a 1.500 mg al día".

Playa de Borizo, en Asturias EUROPA PRESS

¿Y cómo influye en nuestro estado de ánimo?

La vitamina D se encuentra ligada a la producción de serotonina, un neurotransmisor que juega un papel fundamental en el control de las emociones y el estado de ánimo.

Aunque eso no es todo: regula el apetito, el deseo sexual y controla la temperatura corporal.

Por ello, es habitual que durante las épocas con menos horas de sol, como el invierno o el otoño, aumente la sensación de apatía, tristeza e incluso dificultad para dormir.

Pero, ¿Tiene solución? Sí.

Podemos incrementar la ingesta de alimentos ricos en vitamina D aunque, como hemos comentado, son muy pocos. 

Así, no deberían faltar en nuestra dieta productos como el huevo o los pescados grasos (sardina, arenques…).

Y, por supuesto, también hay que tomar el sol siempre que sea posible.

Con tan solo 8-15 minutos diarios es más que suficiente para aprovechar todos los beneficios de la radiación ultravioleta.

Los suplementos de vitamina D son otra opción.

Eso sí, consulta a tu médico para encontrar los complementos alimenticios adecuados y consumir la dosis correcta.