Dignidad

Asistí el lunes a una reunión convocada desde el Banco de Alimentos para informar de las modificaciones en sus posibilidades de suministro a las organizaciones de reparto de alimentos. La nueva situación, al finalizar la entrega de alimentos del plan FEAD (Fondo Europeo de ayuda a las Personas más Desfavorecidas) va a producir que en Asturias, en lugar de llegar la ayuda a unas 14.000 personas, llegará a mil familias, unas 3.500 personas. En lugar de entregar alimentos se entregará una tarjeta de compra, teniendo la persona que comprar en el lineal como el resto de consumidores. Parece que será Cruz Roja quien entregue las tarjetas a estas mil familias, previo informe de los servicios sociales municipales. Esta modificación supone que el Banco de Alimentos debe hacer un esfuerzo para atender a las personas excluidas, lo que supone un incremento en los recursos que precisa, provenientes de socios, subvenciones o donaciones.

Se utiliza como justificante del cambio en el procedimiento de ayuda la "dignificación de la pobreza", que la persona pueda hacer su compra como cualquier otro ciudadano. De entrada, las personas tenemos todas la misma dignidad, y por muchas bobadas que se hagan, nunca se dignificará la pobreza, porque es una injusticia. Si por cambiar el aspecto de ayuda se imposibilita la ayuda a tres cuartas partes de las personas, quienes planteen esto así tienen una miopía social para intervención quirúrgica.

Probablemente todos guardemos silencio ante este hecho y nos limitemos a un ¡vayapordios!, pero algo debemos hacer para que quienes más nos necesitan sepan que nuestra voz se une a la suya.