Oviedo,

Elvira BOBO

Un ilusionado voto de confianza por parte de los científicos asturianos es lo que recibe la nueva ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología, la donostiarra, Cristina Garmendia.

LA NUEVA ESPAÑA ha querido conocer las opiniones de tres destacados nombres de la investigación asturiana acerca del nuevo Ministerio que ahora desgaja a la Universidad de la cartera de Educación, estableciendo una nueva fórmula que une academia e investigación y desarrollo bajo el título «Ciencia, Innovación y Tecnología».

Para Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, «la creación del Ministerio de Ciencia e Innovación es una buena idea. No me esperaba que en tiempos de crisis se apostara por impulsar el conocimiento, por pensar que la economía puede apostar por el conocimiento por esta vía, cuando tradicionalmente los motores económicos siempre han sido otros».

Este investigador puede hablar también con conocimiento del lado humano de la nueva Ministra, con la que compartió horas de trabajo y formación en el Centro de Biología molecular de Madrid que recuerda con cariño y admiración: «Conozco muy bien a Cristina -señala- es una extraordinaria persona, con grandes valores y una gran profesional. Somos muchos los que la hemos felicitado. Próximamente coincidiré con ella en Inbiomed -la fundación que Garmendia preside en San Sebastián-. Y es que la vertiente empresarial de la nueva Ministra parece hacerla especialmente adecuada para el nuevo proyecto que afronta. «El resto de los compañeros de entonces nos hemos dedicado solamente a la academia, y ella además ha creado empresas con éxito», destaca López Otín. «Es una persona muy innovadora y emprendedora, con una gran visión empresarial e investigadora», añade su antiguo compañero, aún sorprendido por el nombramiento, ya que «no cumplía el perfil habitual de una persona notoria o miembro del partido, sin embargo, creo que es el perfil perfecto para el cargo».

Más prudente, aunque también esperanzado ante los nuevos aires, se muestra José Barluenga, catedrático de Química Orgánica de la Universidad de Oviedo, quien ante los cambios en la distribución de competencias ministeriales afirma «si es para que la investigación se desarrolle como en esos países, adelante, pero creo que todo está inventado y ya funciona en otros países de nuestro entorno o incluso en Estados Unidos o Japón». Y lamenta que «en España por cada mil personas hay menos científicos que en otros países». De lo que no duda Barluenga es de que «algo se mueve» Y son los jóvenes, según él, con la osadía propia de la juventud quienes tienen ideas brillantes». Tiene esperanzas.

Y es que la nueva apuesta de Rodríguez Zapatero, que en ambientes científicos es denominada «nuevo capitalismo biotecnológico», parece ir en la línea de impulsar el motor del trinomio I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) en España. La elección de una persona con el perfil de Garmendia, la incorporación de Miguel Sebastián al frente del Ministerio de Industria, y la continuación de Bernat Soria -persona con reconocida experiencia en investigación aplicada- al frente de Sanidad y Consumo, parece dejar claro un nuevo rumbo o, al menos, unas nuevas intenciones. Miguel Sebastián, que es quien ha promovido a Garmendia, amiga suya personal, es la persona que encabeza ese equipo y quien maneja el presupuesto para impulsarlo. «Era necesario poner a la ciencia en un Ministerio con innovación», asegura Margarita.

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«No me esperaba que, en tiempos de crisis, se apostara por impulsar el conocimiento»

«Era necesario poner a la ciencia en un Ministerio con innovación»

«La osadía propia de los científicos jóvenes es la que genera ideas brillantes»