Guadalajara

El obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, declaró que con la proposición no de ley sobre la retirada de los símbolos religiosos de las escuelas el Gobierno pretende reducir la acción de la Iglesia católica a los templos y, «si me apuras, a las sacristías».

Monseñor Sánchez -obispo auxiliar de Oviedo entre 1980 y 1991- remitió ayer una misiva a los fieles tras la aprobación en el Congreso de los Diputados de una proposición no de ley instando al Gobierno a retirar los símbolos religiosos de los centros educativos. En su carta, el obispo tilda la decisión de «inaceptable», aunque «de momento está aparcada, sólo aparcada», e incidió en que el crucifijo es un símbolo esencial para los cristianos pero también «de nuestra historia y nuestra cultura, aún para los no creyentes».

Se preguntó el obispo si, con independencia de la fe de los alumnos, el testimonio de un hombre que dio la vida por los demás y muere perdonando puede molestar a alguien. «No entro en si se trata de una operación de distracción del Gobierno, abrumado por la gravísima situación económica y de paro y a punto de aprobar una ley -la de la ampliación del aborto libre- mucho más grave que el asunto de los crucifijos», matizó Sánchez.

A su juicio, «si nos atenemos a la justificación» que han dado «personas relevantes» del PSOE, esta medida «forma parte de un proyecto más ambicioso: reducir la acción de la religión a los templos y, si me apuran, a las sacristías».