Oviedo, P. RUBIERA

El arquitecto Patxi Mangado, autor de la ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias, declaró ayer en Oviedo que el proyecto complementario, que «todavía no se ha podido presentar», incluirá entre el 70 y el 80 por ciento de las sugerencias de la comisión asesora, a la que la Consejería de Cultura encargó un informe sobre el proyecto inicial de las obras. En el 20 por ciento restante, Mangado incluye recomendaciones que, de seguirlas, supondrían «violentar normas de incendios, de seguridad o de saneamiento» en las que no puede ceder. «Se tendría que pasar por encima de mi cadáver», señaló.

Cultura convocó ayer una rueda de prensa en la calle Rúa, a pie de obra, aprovechando, se dijo, que el arquitecto visitaba los trabajos y pese a contar con las dependencias del museo al lado. Según la Consejería, la comparecencia de Mangado no tenía nada que ver con las informaciones publicadas en los últimos días por LA NUEVA ESPAÑA sobre las carencias del diseño respecto a las verdaderas necesidades del Bellas Artes. Mangado confesó que todavía no las había leído y atribuyó inicialmente su contenido al director del Museo, tal y como le habían informado en Cultura.

Según contó, a principios de verano recibió de la Consejería el informe elaborado por la Comisión de Expertos. A su contenido, Mangado respondió con «un escrito de mi puño y letra» que envié a la Consejera. «Por eso me extrañaban muchísimo las declaraciones del director del Museo, por el que siento el máximo respeto profesional, a no ser que no tenga conocimiento del informe que yo envié».

El documento que entró en el Ayuntamiento el pasado mes de noviembre es, según explicó a LA NUEVA ESPAÑA, un modificado que no tiene naturaleza jurídica y en el que no se incluyen muchas de las sugerencias que ha aceptado, entre ellas un mayor espacio para el almacén, un taller de carpintería, un montacargas adaptado a las necesidades del museo y el aumento de la altura del taller de restauración. «Todo eso está recogido. Lo que más me preocupa en este momento es que se ponga en marcha la maquinaria administrativa que me permita presentar el proyecto complementario y poder empezar la estructura de la obra en marzo o en abril, para no tener problemas con la logística», manifestó a LA NUEVA ESPAÑA.

Mangado elogió a Sedes, responsable de los trabajos. «Si no estuviese una empresa como ella, que es pública y tiene un interés social, esta obra habría estado parada desde hace tiempo. Cualquier otra empresa estaría parando y reclamando incrementos de precio», añadió.

Los restos arqueológicos hallados durante las excavaciones -algunos de los cuales permanecen en el solar y otros se exhumaron posicionados para poder colocarlos después, según dijo Mangado- estarán a la vista, aunque el arquitecto subrayó que tratarán la piedra de tal manera que no levante polvo y evite el daño a las obras, tal y como advierten los especialistas. «Habrá una pasarela sobre la que se circulará y los destacaremos en toda su integridad». Todavía no ha elegido el tipo de material, aunque no descarta que sea de madera.

El arquitecto navarro se refirió a las dificultades de una «obra compleja que exige grandes medidas de seguridad. En su opinión, todos los trabajos habrían sido más fáciles si no se hubiesen encontrado los restos arqueológicos.

El arquitecto cree que las obras podrán concluir a mediados de 2011. La ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias fue adjudicada en enero de 2007 a la empresa Sedes por un importe de 17,4 millones de euros. Las modificaciones del proyecto podrían suponer un encarecimiento del presupuesto entre un 20 por ciento, unos tres millones de euros más. En diciembre de ese mismo año, el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, y el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces -instituciones ambas representadas en el Patronato- simbolizaban el inicio de las obras con un acto. Ya han transcurrido dos años desde entonces.