Oviedo / Nueva York,

P. R. / Agencias

Tal día como ayer, el 8 de enero de 1935, nacía en Tupelo, Mississippi, Elvis Presley, el «Rey del Rock». Llegó al mundo en una familia humilde y trabajó desde muy pronto. Sus padres, ante su insistencia, le regalaron su primera guitarra con tan sólo 11 años. Cantante de rock and roll y actor, Presley se convirtió en el intérprete más famoso y reconocido de todos los tiempos. Sólo en 2009 facturó 55 millones de dólares. Tres décadas después de su muerte, ocurrida en Memphis en 1977, oficialmente de un ataque al corazón y sin duda como consecuencia de sus excesos con el alcohol y las drogas, Presley es un icono de la cultura estadounidense y una de las figuras más relevantes de la historia de la música popular.

«Sigue siendo único, ya que personifica todas las contradicciones, todas las anomalías y toda la belleza que su música consiguió», añaden los responsables de Sony, que ha visto cómo la reciente publicación de una caja de lujo que contiene cien temas, entre los que destacan rarezas inéditas y directos, se ha convertido en un éxito de ventas.

La caja, llamada «Elvis 75: Good Rockin' Tonight», repasa la carrera musical del artista desde sus inicios menos conocidos, como «My Happiness» -la primera maqueta que grabó Presley- hasta su faceta musical más introspectiva en los años setenta, pero sobre todo «hace justicia» con una figura que no siempre la ha recibido. Así lo piensa Billy Altman«, el crítico musical y experto en Elvis, Billy Altman, encargado de escribir un ensayo biográfico incluido en la caja de recopilación.

«Elvis lo tenía todo: era un artista atractivo, muy físico y que ofrecía una muy buena música, que no ha recibido el reconocimiento que se merece», dijo a «Efe» Altman, para quien el muchacho de Tupelo «fue el responsable de que se legitimara el rock and roll como lo conocemos hoy».

«Podríamos decir que Elvis fue en parte responsable de la democratización de la música e incluso del negocio musical, porque salió de una familia humilde y de un lugar, el sur de Estados Unidos, donde no nacían estrellas», aseveró Altman, para el que Presley personificó «mensajes de esperanza, libertad y oportunidad».

Sólo de esa manera se entiende, según el crítico, la especial conexión de Elvis con el gran público en Estados Unidos, «ya que no se comprende de otra forma si tenemos en cuenta que Presley es la única gran estrella del rock de su tiempo que no era autor de sus temas y fue un artista que jamás salió de gira».

El gran festejo de las celebraciones fue la pasada madrugada en Graceland, su antigua mansión en Memphis, en la que su única hija, Lisa Marie, y la que fuera su esposa, Priscilla, de la que se divorció en 1973, esperaban reunir a miles de seguidores para recordar su trayectoria con conciertos, exposiciones y competiciones de baile. La fiesta de cumpleaños seguirá, además, en Las Vegas, el lugar donde el cantante vivió quizá sus años más oscuros y en el que ahora abundan sus imitadores. Allí, la conocida compañía canadiense «Cirque du Soleil» presenta «Viva Elvis», un espectáculo en el que se mezclan impresionantes acrobacias con la música del aclamado artista.

Con motivo de este 75.º aniversario, Estados Unidos ha vuelto a recordar la extravagante reunión secreta que celebraron en la Casa Blanca el entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, y Elvis Presley. La información sobre esta entrevista fue desclasificada en enero de 2007.

El 21 de diciembre de 1970, Elvis se presentó en Washington. Quería ver a Nixon y solicitarle una placa de agente federal de la lucha antidroga.

A las 09.30 horas, el cantante se plantó ante la puerta principal de la Casa Blanca y dijo a los agentes que traía una carta para el presidente, a quien quería ver. «Ha llegado el Rey», le dijeron por teléfono a Bud Krogh, consejero presidencial y asesor de Nixon. «Hoy no esperamos a ningún monarca», respondió. «No, no. El Rey del Rock. Está aquí en la puerta», le dijeron.

El consejero recibió al «Rey» y le dijo que se trasladara al hotel, que ya tendría noticias a lo largo del día. Nixon, en horas bajas -Vietnam era una guerra perdida-, recibió ese mismo día a Elvis Presley, vestido de «Rey del Rock».