Oviedo, T. P.

Quién le iba a decir al añorado Federico Fellini que su mítica y rebuscada película «Ocho y medio» acabaría convertida en alimento para el «showbusiness» norteamericano puro y duro, primero como musical de Broadway (por el que pasó el mismísimo Antonio Banderas) y ahora como mastodonte cinematográfico cargado de estrellas y con claras aspiraciones de poner a bailar las pantallas. «Nine» eleva la apuesta felliniana y desde ayer sacude las pantallas españolas con su lujosa mezcla de nombres de plata y oro, sus números musicales espectaculares (no podía ser de otra tratándose de Rob Marshall, curtido en las calles de «Chicago») y su enrevesada historia de artistas atormentados que se debaten entre amores de quita y pon, musas borrascosas y todo tipo de tentaciones perturbadoras.

Al camaleónico Daniel Day-Lewis le toca bailar con las más guapas como director de cine en plena vorágine de sentimientos e inspiraciones. El actor, tras un paréntesis que le llevó a un semirretiro durante el cual llegó a trabajar de zapatero, vuelve a sentirse cómodo en sus zapatos interpretativos y acepta retos como el de cantar y bailar. No es el único en el luminoso reparto de la película que se ha dejado la piel en el intento para no desentonar. La española Penélope Cruz, que fue nominada al «Globo de oro» y que podría volver a optar al «Oscar», tardará en olvidar los moratones y ampollas que le dejaron los ensayos, o el miedo a cantar (recordemos que su «Volver» estaba doblado). A su lado, estrellas femeninas para quitar el hipo: dejando a un lado a una fugaz Sofia Loren, que pone la nota nostálgica a la partitura del glamour, desfilan la hermosa Marion Cotillard, la chispeante Kate Hudson, una Nicole Kidman tan elegante como siempre, la venerable Judi Dench o la muy elogiada cantante Stacy Ferguson, «Fergie». La crítica de EE UU se ha mostrado en general tibia con la película y el público le dio la espalda, siendo uno de los fracasos más sonados del año. Nunca mejor dicho. Sólo un éxito clamoroso en los «Oscar» permitiría recuperar los 80 millones de dólares que costó.